La delegación italiana celebró la conquista de la duodécima medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 gracias a la histórica victoria por 3-0 de la "azzurra" ante Estados Unidos en el torneo femenino de vóleibol.
La selección italiana del experimentado DT argentino Julio Velasco se impuso en la final disputada en el SouthParis Arena con parciales de 25-18, 25-20 y 25-17 para que la delegación "azzurra" iguale el total de 40 medallas de Tokio 2020.
Pero la coronación de la "azzurra" de Velasco representa la décima medalla dorada para Italia, cuya mejor actuación histórica olímpica se registró con las 14 preseas de oro de Los Angeles 1984, una más de las conquistadas en Amberes 1920, Roma 1960 y Atlanta 96.
Velasco, de 72 años y quien ya había ganado la medalla de plata pero con la selección masculina italiana en Atlanta 96, fue el responsable de ganar el único título ausente para el vóley italiano al destronar a Estados Unidos, que se había coronado en Tokio 2020.
Paola Egonu, que marcó 22 puntos, fue la goleadora de la final y la figura de una selección italiana que conquistó el sexto oro por equipos para Italia en la historia de los Juegos Olímpicos, el primero para el vóley, que llegó además 20 años después de la coronación de la "azzurra" femenina del waterpolo en Atenas 2004.
"Aún tenemos que darnos cuenta de lo que hicimos, sólo perdimos un set, un récord para las Olimpíadas. Siempre tuvimos un gran 'fuego' y lucidez, la final fue el mejor partido", aseguró Velasco, quien se convirtió en el DT de mayor edad en ganar un título olímpico para Italia.
"Siento orgullo por este equipo, por el cuerpo técnico, también el Comité Olímpico Italiano (CONI), que nos aportó las condiciones ideales, es una victoria para todo el movimiento, también para los clubes pequeños", enfatizó Velasco.
"El vóley femenino es para las mujeres lo que el fútbol es para los hombres. Espero que el oro aporte un nuevo impulso, no hay suficientes gimnasios para todas las mujeres que desean jugar al vóley", lamentó el entrenador argentino, quien afronta su segundo ciclo en la "azzurra" femenina (ya la dirigió entre 1997 y 1998).
"Estamos viviendo una revolución silenciosa que es la revolución de las mujeres: y es también uno de los problemas de violencia que vemos todos los días contra las mujeres. Es producto de ello, los hombres no saben aceptar este cambio", lamentó Velasco.
"Espero y creo que desde el deporte pueden llear mensajes positivos en este sentido, se han dado pasos, Rita Levi Montalcini era la única que estudiaba medicina, ahora las jóvenes son mayoría", celebró el entrenador italiano.
"Sin embargo, hay mucho por hacer en materia de igualdad, si pienso sólo en los salarios y los mensajes del deporte también deben servir a este propósito. Somos diferentes, pero los derechos deben ser iguales. En los baños del aeropuerto hay cola sólo en el de mujeres, porque está diseñado por hombres. Yo soy padre de niñas y abuelo de niñas, me importa este cambio", enfatizó Velasco.
Por otra parte, Velasco desestimó que la coronación en París 2024 represente una "revancha" personal por la caída de la selección masculina italiana ante Países Bajos en la final de Atlanta 96.
"Nunca me faltó la paz por Atlanta 96, nunca fue una obsesión, no soy como (Roberto) Baggio, que sigue pensando en el penal", aclaró Velasco sobre el ex talentoso mediocampista que malogró un remate en la definición que Italia perdió con Brasil en la final del Mundial de fútbol 94 disputado en Estados Unidos.
"Nuestra selección era extraordinaria y perdió el oro por dos pelotas, esta vez ganamos merecidamente", enfatizó Velasco en diálogo con RaiSport, ante la cual recordó al combinado con el que ganó el Mundial.
"La medalla de oro de las Olimpíadas para mí no vale más que la del Mundial, el mejor equipo fue el que ganó el Mundial en aquel momento. Nunca tuve la obsesión del oro olímpico", insistió el entrenador argentino, que ganó la Copa del Mundo con Italia en 1990 y 1994.
Por último, Velasco reconoció que no pensó que pudiera conquistar la histórica medalla de oro aunque sí confiaba mejorar el nivel de la selección en la que asumió en el pasado mes de abril.
"Normalmente, cuando elijo una selección nacional, pienso en cuatro años. Ellas, mis jugadoras, tienen una gran capacidad de cambio, sobre todo en el servicio y la recepción, que no habían hecho mucho", explicó Velasco.
"Luego la defensa y no sobrecargar a Egonu con ningún tipo de balón, incluso desde la segunda línea, luego jugar mucho la 'primera parte' (el remate del central que salta junto a la subida del armador para anticipar el bloqueo contrario, Ndr)", completó el DT argentino, quien desestimó pensar sobre su presencia en los Los Ángeles 2028.
"Es demasiado pronto para pensar en ello, porque recién ganamos el oro y porque no soy un muchacho. Quizás sea el momento adecuado para parar, por esta misma razón. Pero no lo sé, por supuesto, ahora sólo sé que la próxima semana nadie me encontrará por teléfono", adelantó Velasco.
"Es un lindo momento para despedirme, pero ya me dijeron que si lo hago me matan. Cuando ganas a esta edad puede ser un buen momento para hacer algo más dentro de la federación, veremos", añadió Velasco entre risas.
"En el vóley ahora no me pierdo nada. ¿Y en la vida? Me gustaría renacer de nuevo", reconoció el entrenador argentino sobre su futuro, tras lo cual aseguró haber "aprendido mucho" en su segundo ciclo al frente de la "azzurra" femenina.
"Lo deseaba mucho porque el cerebro se mantiene joven si haces cosas nuevas y por eso buscaba la novedad. Lo hice para no envejecer. La próxima vez lo que hicimos cuenta cero. Ahora más que nunca debemos decir que somos humildes, lo que no significa decir que no hemos hecho nada, sino seguir aprendiendo. Luego voy contra la corriente y digo que el Mundial vale más que los Juegos Olímpicos", concluyó Velasco.
Justamente Egonu destacó a Velasco también ante RaiSport por su capacidad para "unir al equipo" capitaneado por Anna Danesi, ya que, resaltó, "era algo que hacía falta".
"Hermoso, una emoción indescriptible. Orgullosas del camino que hicimos. Es el objetivo que teníamos, estoy contenta. Aún no puedo creerlo, en los próximos días todo estará más claro. Nos propusimos agredirlas desde el primer punto y seguir igual", reveló Egonu.
"Sólo puedo decir una cosa: estoy súper orgullosa y feliz por estas mujeres", reiteró Egonu, quien ponderó además la condición de "equipo" de la "azzurra" luego de ser consultada por su abrazo con Ekaterina Antropova, con quien se disputaba un puesto como titutar.
"Con el oro cerramos un año fantástico", concluyó Egonu, mientras que Caterina Bosetti reconoció su alegría por "el partido que esperé toda mi vida".
"Fue estupendo, el más difícil fue en cuartos de final y tal vez la semifinal. Hoy jugamos con un nivel extraordinario y lo disfrutamos", destacó Bosetti sobre los respectivos triunfos ante Serbia y Turquía, ambos por 3-0.
"Somos el mejor equipo desde hace años. Sólo debíamos controlar las emociones que te devoran", remarcó Bosetti, que compartió el rol de rematadora con, entre otras, Myriam Sylla, hija de padres marfileños que decidieron instalarse en Palermo.
Su madre Salimata y su padre Abdoulaye alentaron a Sylla en la final de París, adonde viajaron especialmente desde Palermo, donde la familia sigue viviendo junto con Paolo Genduso y Maria Rosaria Esposito, a quienes la voleibolista considera sus abuelos, pues la cuidaron durante su niñez.
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