Tamberi, que también es campeón europeo y mundial de la disciplina, Barshim y el también italiano Stefano Sottile se ubicaron entre los 12 atletas que el sábado 10 participarán de la final luego de superar los 2,24 metros.
"Qué decir, antes que nada debo agradecer a todas las personas que me acompañaron en estos días, no esperaba este afecto de los italianos, no era lo que esperaba", reveló Tamberi, que llegó a Francia en la víspera, pues un cuadro febril originado por un cálculo renal lo obligó a postergar un día su viaje.
"Había que llegar a la final, hubiese sido el peor día de mi vida, y lo logré. Hace tres días estaba en el hospital, creo que nunca me detuve, tenía pocas energías, y salió bien", analizó el atleta "azzurro" en diálogo con la RAI.
"Estamos en la final, el sábado será otra jornada, será completamente distinto. Espero enloquecerlos", confió Tamberi, que falló en sus tres intentos por superar los 2,27 metros durante la clasificación, antes de la cual publicó en su cuenta de Instagram una foto en la que mostraba un termómetro que le registró 36,5 de temperatura.
"No me importa nada, el sábado será otro día, otra cosa. Ahora debo demostrar todo, es la oportunidad de mi vida", enfatizó Tamberi, que en París 2024 busca convertirse en el primer atleta en revalidar la medalla de oro olímpica en la prueba de salto en alto.
"Espero con todo el corazón enloquecer y enloquecerlos como hace tres años, lo espero con todo el corazón", insistió Tamberi, abanderado de Italia en la ceremonia inaugural de París 2024 con la esgrimista Arianna Errigo.
Además, Tamberi, que había adelantado el pasado 16 de julio que se retirará de la competencia oficial si logra repetir en París 2024 su medalla de oro de Tokio 2020, asistió a amigo Barshim a resolver una molestia muscular que lo condicionó en su clasificación.
"Fue un gesto instintivo. Pero el sábado estará bien y me hará pasar un mal rato", comentó el italiano sobre su auxilio para Barshim, uno de sus rivales en la final en la que confía tener "la energía adecuada".
"En cuanto gire en la esquina lo reiniciaré todo, hay que empezar de nuevo desde lo que era hace cinco días y borrar los últimos", subrayó Tamberi sobre la final a la que accedió pese a un desempeño que calificó como "un desastre" en la clasificación.
"Lo que hice lo dejo aquí, hoy fue un desastre. Aparte del deseo de hacer, el resto no existía", reconoció Tamberi, que antes del cálculo renal había renunciado "por precaución" al World Continental Tour desarrollado en Szekesfehervar, Hungría, por una lesión en el bíceps femoral izquierdo.
"Estoy tomando mucha agua, tomo antiinflamatorios, pero no los antibióticos pese a que algún doctor quiso recetármelos.
Desobedezco, como cuando quisieron dejarme internado una noche en observación, pero firmé para dejar el hospital", relató el deportista italiano de 32 años.
"Viví dos días de pesadilla, parecía el destino, pero el sábado estarán todos y yo estaré en la pista", garantizó Tamberi, que se perdió la final de Río 2016 por una lesión y en Tokio 2020 se coronó sin la presencia de sus afectos por las limitaciones por la pandemia de Covid.
"Ahora nada está bien, pero si pienso en mi pasado, es algo que siempre ha sucedido. Esta es la esperanza: que, como siempre, todo encaje y algo pueda cambiar. No hay expectativas para la final. Sólo hay un sueño: trabajé mucho y sacrifiqué mi vida por esta competencia. Será muy dura porque mis oponentes son fuertes", alertó Tamberi.
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