"Lo escuché todo, te robaron, arbitraje escandaloso, es una vergüenza.
Sin embargo, tengo que decir que soy un tipo muy
afortunado", afirmó Macchi al día siguiente de su derrota por
15-14 ante Ka Cheung, que igualmente le permitió ganar la
medalla de plata.
"Tengo 22 años, una familia maravillosa, amigos increíbles y una
novia que constantemente me deja sin palabras.
¡Quedé segundo en
la competencia más importante para cualquier deportista que
practica deporte y precisamente por practicar este deporte
aprendí que las decisiones de los árbitros hay que respetarlas
siempre!", enfatizó el atleta italiano.
El presidente de la Federación Italiana de Esgrima (FIS), Paolo
Azzi, adelantó en la víspera que planea presentar una queja
formal tras la caída de Macchi contra Ka Cheung, quien revalidó
la medalla de oro que había ganado en Tokio 2020, en cuya final
se impuso casualmente ante el también "azzurro" Daniele Garozzo.
"Conozco a los dos árbitros, no tengo ganas de señalarles con el
dedo y culparlos por mi falta de éxito, porque eso no conduciría
a nada más que a crearme una coartada. Lo que pasó pertenece al
pasado, ya no está". ¡Lo que sucederá en el futuro dependerá de
mí!", remarcó Macchi sobre Hao Chih Huang, oriundo de China
Taipéi, y el surcoreano Suh Sang Won.
"Soy una persona que siempre aspira a lo mejor, que nunca está
satisfecha y precisamente porque nunca estoy satisfecho no pude
alegrarme inmediatamente por la medalla obtenida, que tanto
quiero", agregó el italiano, quien había concedido en la víspera
que desaprovechó la oportunidad de ganar cuando estaba 14-12 en
la definición del combate.
"Una persona a quien quiero mucho y además es una gran campeona,
me dijo tiempo atrás: '¡Una medalla siempre se celebra!' Y en
realidad esta medalla merece alegría y felicidad, así que
superemos la decepción, que es mucha, y disfrutemos de lo que
fue", añadió Macchi.
"Ya habrá tiempo para comprender los errores que cometí y tratar
de mejorar aún más. Después de todo, la vida está hecha de
obstáculos, a veces los superas, otras veces tropiezas y caes,
pero la diferencia la hacen los que tienen fuerzas para volver a
levantarse", resaltó.
"Ahora nos espera una competición por equipos muy importante y
yo, con mis compañeros, así como amigos, tenemos muchas ganas de
dar lo mejor y superarnos", concluyó Macchi, quien recibió el
respaldo del ministro de Deportes, Andrea Abodi.
"Aunque persiste la enorme importancia de la plata conseguida,
trabajar durante 4 años y ver al final el oro desaparecer debido
a valoraciones objetiva y técnicamente incorrectas no debe ser
fácil", reflexionó Abodi desde París.
"Experimenté la emoción y la amargura en el Grand Palais, con
muchos italianos, empezando por la madre de Filippo, amargura
comprensible porque, aunque respetando las decisiones tomadas,
hay un increíble margen de mejora en las decisiones y la
tecnología debe ayudar a que esto sea más objetivo", consideró
el ministro de Deportes italiano.
"Los errores arbitrales, metafóricamente, son parte de la vida,
el deporte nos enseña a superar esta amargura, aunque no sea
nada fácil para los deportistas. Pero tenemos que seguir
adelante, pensar en el próximo desafío", completó Abodi.
También el presidente de la región Toscana, Eugenio Giani,
manifestó su apoyo a Macchi: "una plata que sabe a oro, no sólo
porque se obtuvo de la manera que todos vimos, hasta el punto de
que no está de más decir que el verdadero ganador fue Filippo,
sino también y sobre todo porque nuestro esgrimista, aunque muy
joven, demostró ser un campeón", subrayó.
"Se enfrentó al que se acreditaba como favorito, que llegó a
París con el título olímpico conquistado en Tokio, demostrando
que con otro arbitraje habría conseguido la medalla de oro. Se
merecía estar en lo más alto del podio", consideró Giani.
"La región lo felicita a él y al movimiento de esgrima toscano.
Ahora Filippo puede regresar a la competición por equipos con la
selección italiana de florete. La esperanza es que la próxima
vez el oro no quede cubierto por una pátina de plata", finalizó
Giani.
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