El presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró su deseo de ver a Aya Nakamura, la estrella pop francesa de origen maliense, cantando en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio.
"Está en todo su derecho" de hacerlo, afirmó el mandatario al salir al cruce de las críticas de la extrema derecha francesa ante esa posibilidad que hoy Macron confirmó públicamente.
Los detractores de la cantante francófona más escuchada del planeta y la única mujer que figura entre los 20 álbumes más vendidos en Francia en 2023, aducen que no representa al país.
Un detalle que el presidente no pasó por alto al respaldar su candidatura para participar de la ceremonia inaugural de los Juegos que se celebrará a orillas del río Sena.
"Quisiera hacer una observación y es que ella es la más escuchada en 'streaming' entre los artistas francófonos y la que habla con muchos de nuestros compatriotas", afirmó Macron.
"Creo que está plenamente legitimada y capacitada para participar en la ceremonia de apertura o en la de clausura de los Juegos", agregó durante la inauguración del Centro acuático en Saint-Denis.
La participación de Nakamura, que según se anticipa cantaría una versión del tema "L'Hymme à l'amour" de Edith Piaf, "sería una buena señal, pero no voy a revelar detalles", se excusó el mandatario.
"Creo que sería bueno contar con ella en este tipo de ceremonias, que deberían servir para unirnos. Ella forma parte de la cultura y de la canción francesas por derecho propio", agregó.
"Por eso defiendo y defenderé su elección, así como la libertad artística, sin hacer política", explicó el mandatario al aclarar que "detrás de esa libertad, que pretendo proteger, debe primar la libertad de elegir a los artistas y asegurar que representen a Francia en su diversidad y su brillo, en todas sus artes y sus excelencias", completó.
Nakamura había respondido a sus detractores dedicándole una canción titulada "Doggy", con su particular estilo de interpretación que suele mezclar palabras en francés con árabe e inglés, mezclando sonidos del Rhythm and Blues, Zouk y Afropop.
"No tengo enemigos, son ellos quienes no me aman", decía la cantante de 28 años nacida en Bamako, capital de Mali, y criada cerca de París, al responder a la "indignación" que generó su posible presencia en la apertura de los Juegos.
Entre quienes cuestionaron su presencia en la ceremonia inaugural está Marine Le Pen, presidenta en la Cámara de Diputados del partido "Rassemblement National" (Agrupación Nacional, ex Frente Nacional), y su sobrina Marion Marechal, del partido "Reconquête!" (Reconquista), según la cual Nakamura no canta en francés.
Incluso circularon insultos de tinte racista en las redes sociales y hasta amenazas que obligaron a intervenir a las autoridades, en tanto que una encuesta reciente arrojó que el 73 por ciento de los consultados considera que la cantante no representa a la música francesa, mientras que un 63 por ciento se opuso a su eventual presencia en la inauguración de la cita olímpica parisina.
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