Napoli irá mañana por su primera victoria al mando de Francesco Calzona, quien lleva dos empates desde que tomó las riendas del último campeón del fútbol italiano, cuando visite a un Sassuolo en el que Emiliano Bigica hará su debut como entrenador buscando sumar para alejarse de la zona de descenso.
Será en uno de los dos duelos que se jugarán en la jornada (el restante lo animarán Inter y Atalanta en Milán) y permitirán completar aquella vigésimo primera fecha que quedó inconclusa por la disputa de la Supercopa de Italia en Riad.
Calzona, tercer técnico de este Napoli en lo que va de la temporada tras los despidos del francés Rudi Garcia y de Walter Mazzarri, debutó con un empate de local con sabor a gloria frente a Barcelona por octavos de final de ida de la Champions, y repitió frente a Cagliari como visitante en el campeonato.
Este último no tuvo el mismo efecto que aquella ante el "blaugrana" en el Estadio Diego Maradona para los fanáticos del Napoli, pero sí se festejó en Reggio Emilia, pues impidió que Sassuolo cayera en la "zona roja" como hubiese sucedido si el equipo de Claudio Ranieri cantaba victoria.
El "verdinegro" eludió esa posibilidad por el empate de Cagliari y por tener mejor diferencia de gol que Hellas Verona (que también suma 20 puntos), derrotado en campo del sorprendente Bologna en el inicio de la vigésimo sexta fecha que marcó la despedida de Alessio Dionisi tras la derrota de Sassuolo como local frente a Empoli.
Fue la quinta en los últimos seis partidos (en los que sólo sumó al empatar con Torino) y resultó determinante para que la dirigencia considerase que era el momento de dar un golpe de timón para tratar de lograr la permanencia.
Sassuolo, que sumó su última victoria el 6 de enero frente a Fiorentina, apostó por Bigica, quien tendrá la responsabilidad de enderezar el rumbo y su primera posibilidad de mostrarse tras 15 temporadas entrenando en las categorías amateur y juveniles.
Su debut en primera división será frente al último campeón, aunque está claro que este Napoli se parece bastante poco al del "scudetto", pese a lo cual un buen resultado le permitiría a Bigica afirmarse en el cargo que le fue confiado "momentáneamente".
El DT, de 50 años y un ex mediocampista que hasta hace pocos días dirigía el equipo "Primavera" (reserva), tratará de aprovechar esta chance para que la dirigencia no salga a buscar un nuevo conductor definitivo.
"Pasó todo muy rápido", reconoció Bigica, quien agradeció al club "el afecto y la confianza al permitirme asumir al frente del primer equipo" y destacó: "Estoy en Sassuolo desde hace cuatro años y me siento como en casa".
También elogió a su antecesor en el cargo y dijo que "con Dionisi hubo una gran sinergía y una gran relación humana en todo este tiempo" y reconoció que "este es el momento que tanto soñé desde que comencé mi carrera como técnico".
Con pasado como futbolista en Napoli, Bigica rendirá su primer examen ante ese rival antes de visitar el domingo a Hellas Verona en un mano a mano directo por la permanencia.
"Soy consciente de que Sassuolo atraviesa un momento difícil", reconoció al afirmar que "viví muchas satisfacciones con Napoli, un equipo que es el campeón de Italia y cuenta con grandes campeones".
"En estos dos días de trabajo apunté fundamentalmente a recuperar la confianza de mis jugadores. Sé que debemos darlo todo para lograr la permanencia, pero sé que este equipo tiene valores técnicos y morales", agregó.
"Estoy convencido de que nuestras cualidades saldrán a la luz y que Napoli enfrentará a un adversario aguerrido y decidido", completó Bigica, quien no confirmó, pero tampoco descartó la eventual convocatoria de Domenico Berardi, goleador del equipo con nueve festejos y ausente por lesión desde enero.
También trabaja en lo anímico su colega Calzona, aunque Napoli no logró traducirlo en la cancha y por eso está cada vez más lejos de la zona de clasificación a Champions, su principal objetivo en esta temporada (suma 37 puntos y marcha a 11 de Bologna, aunque podrían ser 13 si Atalanta derrotase a Inter).
Desde aquella victoria de local frente a Hellas Verona del 4 de febrero, Napoli no volvió a cantar victoria pues cayó luego con Milan y empató con Genoa y con Cagliari.
Resulta imperioso volver al triunfo porque después quedarán por delante Torino (antes de la revancha con Barcelona), Juventus, Inter y Atalanta.
Calzona ensayó con el brasileño Natan como zaguero central en reemplazo de su compatriota Juan Jesús, responsable en el gol de Cagliari en tiempo de descuento.
En el mediocampo, el camerunés André Zambo Anguissa y el eslovaco Stanislav Lobotka aún no saben si serán acompañados por el polaco Piotr Zielinski o por el marfileño Hamed Traoré, pues el sueco Jens Cajuste se lesionó el lunes en una práctica y hoy no se entrenó. Idéntico escenario para el delantero belga Cyril Ngonge, quien continuó con trabajos diferenciados.
En ataque, Calzona espera respuestas del georgiano Khvicha Kvaratskhelia, decisivo en el campeonato pasado y que no logró repetir su nivel en este (las cuatro asistencias respecto de las 13 en 25 partidos hace un año hablan a las claras).
El nigeriano Victor Osimhen, "capocannoniere" en la temporada anterior, celebró ocho goles en este torneo, pero al menos marcó el del empate frente al Barcelona en Champions tras reintegrarse al plantel luego de disputar la Copa Africana de Naciones.
Su anunciada partida al final de la temporada enfrió el cariño que parecía haber recuperado entre los aficionados y por eso no resulta casual que los murales en la zona de Forcella (centro histórico de Nápoles) que hasta ayer lucían los rostros de Osimhen y de Kvaratskhelia, hoy lucen el del rapero Geolier.
Habrá que ver si mañana ambos se reivindican con los simpatizantes en un partido en el que el argentino Giovanni Simeone y el uruguayo Mathías Olivera arrancarán en el banco de un Napoli que intentará regalarle a Calzona su primera victoria como DT.
Con el brasileño Matheus Henrique entre los titulares, Sassuolo saldrá al ruedo con idéntico objetivo en el inicio de la era Bigica, para ofrendarle a su público una alegría después de tantas decepciones con el estadio Mapei como escenario y frente al último campeón del "Calcio".
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