Daniele Orsato dirigirá una nueva edición del derby de la capital de Italia en el estadio Olímpico, mientras que Marco Di Bello estará a cargo del partido entre Milan y Atalanta en el Giuseppe Meazza.
"El derby es un campeonato aparte, en el que la supremacía depende de los resultados. Es una cita importante, en el que nuestros tifosi deben ser el jugador número 12 en el campo", afirmó el presidente de Lazio, Claudio Lotito.
El equipo del DT Maurizio Sarri y el "giallorosso" de su colega portugués José Mourinho jugarán por segunda vez en la temporada, pues ya empataron 0-0 por la duodécima fecha de la Serie A.
Lotito también pidió en diálogo con Lazio Style Radio "que el equipo mantenga el perfil visto en los últimos partidos, la voluntad de lograr los objetivos y crear un cuerpo único con los tifosi".
Un grupo de "tifosi" se acercó al centro deportivo de Formello para presenciar el último entrenamiento antes del clásico contra Roma, que coincidió con la fecha del aniversario número 124 de la fundación de Lazio.
"Hay que ganar" y "Queremos 11 leones" gritaron los fanáticos al plantel durante la práctica que también contó con la presencia de Lotito y del director deportivo, Angelo Fabiani.
En tanto, los líderes de la afición de Lazio dialogaron con el goleador y capitán Ciro Immobile, ausente mañana por lesión como el mediocampista español Luis Alberto.
Lazio busca su octavo título de la Copa Italia, la cual ganó en las ediciones 1958, 1997-1998, 1999-2000, 2003-2004, 2008-2009, 2012-2013 y 2018-2019, aunque sin dudas la más recordada por la afición fue la penúltima, en cuya final venció justamente a Roma.
Sarri esperará hasta último momento al danés Gustav Isaksen, Mattia Zaccagni e Ivan Provedel, mientras que el brasileño Felipe Anderson, el argentino Valentín Castellanos y el español Pedro compartirán el ataque.
La buena noticia para Sarri es que Lazio llegará al derby luego de las victorias consecutivas ante Empoli (2-0), Frosinone (3-1) y Udinese (2-1) por la Serie A, en la que marcha en el séptimo puesto con 30 puntos, uno más que Roma.
Diferente es el presente de Roma, que se entrenó en el centro deportivo de Trigoria luego de sumar apenas un triunfo (2-0 ante Napoli) en sus cinco presentaciones recientes por la Serie A, en la que registró además dos derrotas (1-0 con Juventus y 2-0 con Bologna) y dos empates (1-1 con Fiorentina y contra Atalanta).
Mourinho volverá a apostar por una dupla de ataque compuesta por el argentino Paulo Dybala y el belga Romelu Lukaku, mientras que el mediocampista y capitán Lorenzo Pellegrini está en duda por un golpe que recibió ante Atalanta el pasado domingo 7.
En defensa, en tanto, Mourinho planea reemplazar al zaguero español Diego Llorente, reemplazado ante Atalanta, con el neerlandés Dean Huijsen, quien acompañará a Bryan Cristante y a Gianluca Mancini.
El también argentino Leandro Paredes jugará en el mediocampo con Edoardo Bove, una zona clave para el plan de Mourinho, que sólo ganó uno de los cinco clásicos que disputó con Roma, que suma 9 títulos de la Copa Italia (1963-1964, 1968-1969, 1979-1980, 1980-1981, 1983-1984, 1985-1986, 1990-1991, 2006-2007 y 2007-2008).
"No temo a nadie, pero respeto la calidad de Lazio. Si tuviera miedo de alguien no podría jugar... En general, tenemos que ser muy buenos manteniendo nuestras cualidades, ése es el objetivo", declaró el defensor danés de Roma, Rasmus Kristensen.
"La Copa Italia es un gran torneo, queremos jugarla, la final es en nuestro estadio y es nuestro objetivo", agregó Kristensen en diálogo con Mediaset.
El ganador del derby de la capital enfrentará en semifinales al vencedor del partido que Juventus, el equipo con más títulos de la Copa Italia (14), jugará el jueves 11 contra Frosinone, que sorprendió al eliminar al Napoli, campeón defensor de la Serie A.
En cambio, el ganador del partido entre Milan y Atalanta se medirá en semifinales de la Copa Italia con el vencedor del duelo que animaban este martes el subcampeón Fiorentina y Bologna, que eliminó al Inter, campeón defensor y líder de la Serie A.
El equipo rojinegro del DT Stefano Pioli, campeón de la Copa Italia en las ediciones 1966-1967, 1971-1972, 1972-1973, 1976-1977 y 2002-2003, recibirá al Atalanta con la moral en alto tras haber vencido sucesivamente al Sassuolo, Cagliari y Empoli por la Serie A, en la que Milan marcha en el tercer puesto detrás del Inter y de Juventus.
Pero el partido de mañana ofrecerá una oportunidad de "revancha" al Milan, que perdió por 3-2 como visitante del Atalanta por la decimoquinta fecha de la Serie A, en la que el equipo bergamasco marcha sexto.
Pioli planea incluir al delantero serbio Luka Jovic por el francés Olivier Giroud, según se pudo ver en el entrenamiento que contó con la presencia del sueco Zlatan Ibrahimovic, quien asumió como asesor del grupo RedBird, propietario del club, y de la directiva rojinegra.
"Es un ídolo aquí en Milan. Desde que regresó al grupo habló con nosotros y estoy completamente de acuerdo con él en que en este club queremos ganar cada partido de la mejor manera y ganar trofeos", subrayó el mediocampista inglés Ruben Loftus-Cheek ante Sportmediaset sobre Ibrahimovic.
"Creo que es el objetivo mínimo para un equipo como Milan.
Estamos muy ilusionados con el partido contra Atalanta, sobre todo después de que perdimos contra ellos en la liga. Por lo tanto, tenemos la oportunidad de jugar contra ellos nuevamente y obtener una victoria. Estamos motivados", completó Loftus-Cheek.
Por su parte, el DT del Atalanta, Gian Piero Gasperini, se mostró optimista sobre la presencia del zaguero bosnio Sead Kolasinac y del atacante belga Charles De Ketelaere pese a las condiciones en las que finalizaron el partido contra Roma.
"Están mejor de lo que pensábamos, creo que podrán recuperarse.
Si mañana están convocados es porque están bien", explicó el DT del Atalanta, que sólo ganó la Copa Italia en la temporada 1962-1963.
"Queremos la Copa Italia después de las dos finales perdidas, es el único trofeo ganable", completó Gasperini, que aludió a las caídas en las definiciones del torneo con Lazio (2018-19) y con Juventus (2020-21), que se sumaron a las sufridas previamente con Napoli (1986-87) y con Fiorentina (1995-96).
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