Pero luego está el as en la manga: Agnone, un pueblo de Molise, conocido en todo el mundo por albergar la fundición de campanas más antigua, cuya fundación está atestiguada hacia el año 1000. Y luego esas campanadas de los campanarios de toda Italia, que nos devuelven a la infancia y que Zucchero define como "el sonido del domingo", como recuerda el subsecretario de Estado de Cultura, Gianmarco Mazzi.
Los participantes en la 19ª reunión del Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se celebra en Asunción (República del Paraguay) del 2 al 7 de diciembre, se han dado cuenta de ello y han proclamado oficialmente la extensión a Italia del reconocimiento de la Unesco del arte campanil tradicional como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Otro hito importante alcanzado -subraya el Ministerio de Cultura- que ve potenciada una de sus tradiciones más antiguas y queridas. El elemento, ya reconocido por la Unesco en 2022 como patrimonio inmaterial de España, se extiende ahora también a Italia.
El arte de tocar las campanas representa la universalidad y el valor compartido de una tradición que ha acompañado las fiestas durante siglos, uniendo generaciones y culturas en el melodioso sonido de las campanas.
El elemento italiano ha expresado una combinación de componentes materiales e inmateriales, que van desde las técnicas utilizadas para tocar las campanas hasta su construcción, pasando por las estructuras arquitectónicas de las históricas celdas y campanarios.
Todo ello, unido a la viva participación de los llamados patrimoniales, crea paisajes sonoros que se extienden desde nuestras Iglesias y Catedrales.
"Quiero dedicar este premio a las nuevas generaciones, para que sigan preservando el arte tradicional del toque de campanas", comentó el Subsecretario Mazzi. Ese sonido que sale de miles de campanarios diseminados por pueblos y municipios de toda Italia nos llega al alma", añade.
Se celebra en toda Italia, pero la mayor fiesta tiene lugar en Molise. "El reconocimiento otorgado al Arte Campanario recompensa también a la Fundición Marinelli de Agnone, a la ciudad de Agnone, a la región de Molise y a todos los artesanos que han estructurado sus empresas en las zonas del interior", explica a ANSA el alcalde Daniele Saia.
"Agnone, gracias al arte milenario de la fundición, es un elaborador de sonidos, una expresión de esa artesanía fruto del conocimiento y del trabajo duro que preserva la tradición mirando al futuro", añade.
El 24 de diciembre, en Roma, se anunciará la apertura de la Puerta Santa para el Jubileo con un concierto de campanas de la Fundición Marinelli, que también fundió la Campana del Jubileo.
"Es un honor para todos nosotros", explica Saia, "abrir el Jubileo de la Esperanza, nuestros maestros campaneros representarán a campaneros de todo el mundo".
"Estamos rebosantes de alegría, llevamos más de cuarenta años esperando esto», afirma Gabriella Marinelli, una de las propietarias de la Pontificia Fonderia.
"Mi padre, Pasquale Marinelli, que era el patriarca de las campanas, había empezado la consulta en los años ochenta. Falleció en 2003 y le dedicamos este premio a él, a su hermano Ettore Marinelli y a todos nuestros antepasados. Ahora mismo el teléfono no para de sonar. Estamos recibiendo cientos de llamadas", concluye.
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