Así lo revela el Observatorio de la Asociación de Editores Italianos sobre los datos de Pepe Research, presentados hoy en la feria de pequeñas y medianas editoriales "Más libros, más libres", en el encuentro Lectura débil.
Los datos indican que el 30% de los lectores lee de forma fragmentada, dedicándose a esta actividad sólo unas pocas veces al mes, si no algunas veces al año. El tiempo medio semanal dedicado a la lectura se reduce a 2 horas y 47 minutos frente a las 3 horas y 16 minutos de 2023 y las 3 horas y 32 minutos de 2022.
¿Pocos lectores o lecturas demasiado cortas? Llaman especialmente la atención las disparidades entre el norte y el sur, como lo confirman los datos de NielsenIQ-GfK sobre el mercado de libros comerciales en Italia divididos por zonas geográficas, presentados por primera vez al público.
Los 79,2 millones de libros impresos vendidos en Italia en el mercado comercial entre enero y octubre de 2024 se distribuyen de la siguiente manera: el 35,8% en el noroeste, el 22,2% en el noreste, el 22,7% en el centro, el 19,3% en el sur y las islas.
Si se presta atención a la cantidad de librerías por habitante, el noroeste está por encima del promedio nacional (0,28 librerías por cada 10.000 habitantes) en un 11%, el noreste en un 17% y en el centro en un 7%. Las Islas están por debajo de la media en un 6%, el sur en un 30%.
En general, las personas entre 15 y 74 años que declaran haber leído, aunque sea parcialmente, un libro en el último año, ya sea impreso o electrónico, o escuchado un audiolibro, son el 73%, frente al 74% de 2023. También cae la lectura de libros impresos, que afecta al 66% de la población, frente al 68% en 2023.
El 66% es un promedio entre el 72% de las mujeres que leen y el 60% de los hombres. Si, en cambio, se observan los grupos de edad, 18-24 años (74%), 15-17 años (73%), 35-44 años (71%), 25-34 años (70%).
"No hay crecimiento ni desarrollo cultural y económico para Italia si no aumentamos el número de lectores, especialmente en el sur y en las zonas menos prósperas del país", subrayó el presidente de la Asociación de Editores Italianos (AIE), Innocenzo Cipolletta.
"El retraso del sur es dramático. Es necesario imaginar intervenciones específicas. No debemos pensar en términos de un solo sur porque hay varios, muy diferentes entre sí", afirma Florindo Rubbettino, delegado de la AIE para el sur, centrándose en el hecho de que menos de dos de cada diez libros vendidos en el mercado italiano están destinados al sur y a las islas y que en el sur hay un 30% menos de librerías que la media.
"Las intervenciones prioritarias en el sur son fortalecer las infraestructuras para la lectura a partir de las bibliotecas. Es importante que haya libros, pero es igualmente importante que haya bibliotecarios que puedan hacer que estos libros vivan", dijo Rubbettino.
"Otro tema prioritario es el de las librerías. El instrumento podría ser el crédito fiscal y también hay una inversión importante que el Estado debería hacer para crear librerías. Hay una infraestructura que podría reutilizarse en estos términos que es la inmensa red de quioscos ubicados en todo el territorio nacional que están especialmente presentes en aquellos territorios marginales. Son quioscos que están casi completamente vaciados de sus contenidos, lo que podría ser objeto de reconexión", sostuvo.
Hay que subrayar que mientras el Observatorio AIE estima que los lectores representan el 73% de la población, el Instituto de Estadística (Istat) los estima en el 39% (población mayor de seis años) y Eurostat en el 35% (población mayor de 16 años).
Doxa para el Observatorio Politécnico estima, en cambio, la lectura italiana en un 79% (población entre 18 y 75 años) y SWG en un 80% (población entre 18 y 75 años).
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