Una estatuilla de la eterno niña, esculpida por el artista argentino Pablo Irrgang, llegó a la ONU acompañada por la ministra de Cultura de Buenos Aires, Gabriela Ricardos, y Guillermo Lavado, sobrino de Quino.
"«Los valores que siempre promovió Mafalda fueron los de la paz, la justicia, la educación y, sobre todo, la libertad", dijo Ricardos.
"Mafalda es una niña con una visión única: perspicaz, crítica e interesada por los temas globales; una niña de San Telmo, un barrio de Buenos Aires, pero preocupada por la paz mundial y por lo que le pasa al planeta", explicó Ricardes.
Mafalda, a través de las tiras dibujadas por Quino, ofrece una crítica social y política cómica y perspicaz a través de los ojos de una niña curiosa e idealista.
Con su agudo ingenio, cuestiona la injusticia, la desigualdad y la hipocresía en el mundo, expresando su preocupación por la paz, los derechos humanos y el futuro de la humanidad.
Es, sin duda, un símbolo de la conciencia social y del deseo de transformar el mundo, mezclando humor y reflexión profunda.
Así lo muestra en una de las tiras que ha pasado a la historia, en la que se dirige a su madre, que estudió piano y fue a la universidad, pero la abandonó tras casarse y es ama de casa: "mamá, ¿qué te gustaría hacer si pudieras vivir?", le pregunta.
Las historietas de Mafalda, que Quino dibujó de 1964 a 1973, se publicaron en los periódicos más importantes del mundo. Para la Navidad de 1966, el autor publicó el primer libro que recopilaba las tiras de Mafalda en orden cronológico. La tirada de 5.000 ejemplares se agotó en dos días.
"Mafalda encarna tantos valores que son mucho más necesarios en el mundo de hoy: los valores de la paz, el feminismo, la equidad, la igualdad, la ecología, la protección del mundo", dijo el artista Irrgang.
"Son valores tan trascendentes e importantes que son más importantes que nunca en estos momentos", concluyó.
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