Mientras las elecciones en Estados Unidos ingresaron en una cuenta regresiva, el último cara a cara entre Kamala Harris y Donald Trump fue representado en Nápoles, donde los candidatos a la Casa Blanca hicieron su aparición entre los pastores de terracota de Genny Di Virgilio, artesano del pesebre.
La figura de Trump, más alta que la de Harris, viste un traje azul y tiene el brazo en alto y el puño cerrado, como en la imagen icónica del día del atentado en su contra.
Kamala, por su parte, luce, además de la inevitable sonrisa, un traje rosa y un collar de perlas.
Frente a ellos dos atriles como los que se utilizan en los encuentros presenciales televisivos, con la bandera estadounidense de fondo.
Los dos pastores, una vez terminados los últimos retoques, ocuparon su lugar en el estante de figuras VIP disponibles para las selfies de los miles de turistas que, gracias al día caluroso y soleado, abarrotaron, en estos días, el centro histórico de Nápoles.
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