Estos son solo algunos de los temas del segundo de los tres días de la Apulia Digital Experience, en curso este fin de semana en Bari. "Después de una primera edición casi experimental", como recuerda el director artístico de Ade, Roberto Genovesi, en su discurso inaugural junto a la presidenta de la Apulia Film Commission, Anna Maria Tosto, la reunión de este año vuelve a hacer un balance del estado actual del sector audiovisual y de los videojuegos.
Entre las novedades para 2024, también se encuentran experimentos como 'Re-imagine Cabiria', un proyecto del Museo Nacional del Cine de Turín y RAI Cinema creado por Cubia y Spazio Koch en colaboración con Unspace y la Universidad de Turín, ya presentado en el Premio.
Una reinterpretación de la epopeya muda de 1914 dirigida por Giovanni Pastrone y enriquecida con textos de D'Annunzio, es un producto a medio camino entre un cortometraje y un videojuego, ya que es posible "experimentarlo" a través de un dispositivo de realidad virtual.
Ahora mismo, sin embargo, esta nueva forma de hacer cine se nutre de la experimentación. Poco más. La idea de encontrar el concepto de 'metaverso' en una sala de cine es difícil. También porque "el teatro se somete a la creación de contenidos -explicó Gennaro Coppola, director general de One More Pictures y vicepresidente del sindicato de editores y creadores digitales de Anica- hasta que tengamos contenidos de nueva generación tendrá dificultades para evolucionar", pero "ahora la producción está atrasada." Sin embargo, "desarrollar este ámbito es una alternativa que podría conducir a un cambio en el número de personas que van al cine -recordó-, pero mientras hablamos de cortometrajes de unos pocos minutos es difícil justificar el precio del billete. Al mismo tiempo, debe estudiarse bien el contenido largo, debe tener un mayor nivel de atención que uno lineal porque la gente tiene que estar más de 45 minutos con el visor".
Y éste es uno de los problemas que hasta ahora han frenado el advenimiento de esta nueva realidad. "Tenemos grandes escuelas de escritura para el 'mundo lineal' -dijo Coppola- pero no grandes conocimientos sobre cómo escribir un mundo en una realidad inmersiva".
En la misma onda está Sara Tirelli, artista, cineasta y directora de la filial veneciana del Centro Experimental de Cinematografía, que se ocupa de las "artes inmersivas": "el problema no es tanto la tecnología, sino los contenidos", afirmó, reiterando la necesidad de "formar a las nuevas generaciones y actualizar a los autores y directores maduros en la narración no lineal".
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