Los asistentes podrán observar en exhibición documentos relativos al paso de Puccini por Buenos Aires -fotografías, recortes de prensa, autógrafos, partituras con anotaciones y la página manuscrita del himno escolar "Dios y Patria", que compuso por encargo de las autoridades del diario La Prensa, única partitura de Puccini en castellano.
Además, luce también una colección de trajes, bocetos y piezas escenográficas pertenecientes a las óperas del compositor italiano representadas en el Teatro Colón -templo de la lírica y el ballet en Argentina-, así como instrumentos musicales de la época.
La muestra -abierta hasta el 15 de diciembre- cuenta con la curaduría de Laura Malosetti Costa y Daniel Varacalli, autor de "Puccini en la Argentina", y se realiza en colaboración con el Museo Nacional de Arte Decorativo y la Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires (ambos aportan sus sedes a las muestras), con el apoyo de la embajada de Italia en Argentina.
"La idea es destacar esa devoción por Puccini que no se dio en ningún otro lugar del mundo, contando aquel histórico viaje y la extensa visita que duró 47 días entre junio y agosto de 1905, cuando se desarrolló el primer Festival Puccini", afirmó Livia Raponi, directora del Instituto Italiano de Cultura.
"Los argentinos, los italianos y sus descendientes en este país fueron sus primeros grandes admiradores y Buenos Aires fue un escenario fundamental para los estrenos de sus óperas fuera de Italia", añadió en la apertura del ciclo, a la que también asistió el Embajador, Fabrizio Lucentini.
Puccini (Lucca, 1858 - Bruselas, 1924) fue uno de los más célebres compositores de ópera de la historia, tuvo una temprana y extraordinaria popularidad en Buenos Aires, que se hizo evidente cuando el artista visitó la ciudad en una extensa estadía de 47 días en 1905.
Tanto él, como su hermano menor, Michele, proyectaban, incluso, radicarse en Buenos Aires. En su primer viaje, el gran compositor se alojó en la sede del diario La Prensa (fundado en 1869), el mismo edificio donde hoy se encuentran la Casa de la Cultura de la Ciudad.
El vínculo de Puccini con la Argentina, tanto personal como profesional, fue intenso y único. Comenzó cuando todavía era un compositor casi desconocido en Italia, sufría un fracaso inicial y su hermano emigraba a Buenos Aires a fines de 1889.
En la capital argentina lo esperaban legiones de fanáticos, entre inmigrantes recién llegados y criollos. Según narran investigadores, eran presa de la fiebre "pucciniana" y su visita a la capital argentina gestó el primer "Festival Puccini" del mundo.
Si bien nunca más volvió a Buenos Aires, esta fue la primera ciudad del mundo en la que sus óperas se estrenarían luego de debut italiano con pocos meses de diferencia.
Tras la muerte del músico, la relación se volvió aún más estrecha. Por ejemplo, "Turandot", su título póstumo e inconcluso, también vio la luz en el Teatro Colón de Buenos Aires tras su estreno en Italia en 1926.
La legendaria María Callas la cantó en ocasión de su viaje a Buenos Aires en 1949. El tenor Luciano Pavarotti eligió "La Bohéme" para su presentación en el Colón en 1987. Y cuando el teatro reabrió en 2010, tras una larga y compleja restauración, fue otra vez "La Bohéme" la ópera elegida para su reapertura.
Así, Puccini es también un ejemplo contundente de los estrechos y fortísimos lazos entre Italia y Argentina.
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