Este es el tema, muy político y actual, en torno al cual se desarrolla la muestra "Picasso, el extranjero", que se abrirá al público mañana y estará disponible hasta el 2 de febrero en el Palacio Real de Milán.
Promovida por el Ayuntamiento de Milán - Cultura, la exposición nace de la idea de Annie Cohen-Solal, autora de "Picasso. Una vida de extranjero" y curadora científica de la muestra, además de la colaboración con el Musée National Picasso-Paris.
"Picasso, el extranjero" presenta más de 90 obras del artista, nacido en Málaga en 1881 y que se trasladó a París en 1904, así como documentos, fotografías, cartas y videos.
Es un proyecto que invita a reflexionar sobre los temas de la acogida, la inmigración y la relación con el otro. Más de 40 obras se exhiben por primera vez en Italia.
"Es un Picasso que invita a pensar dentro de la muestra, pero también fuera de ella", dijo el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Tommaso Sacchi. "Es una exposición que tiene un valor histórico muy importante, y por ello hemos decidido incluirla en la programación, por su relevancia política".
Las obras se exhiben junto a documentos que narran la condición de extranjero del artista en Francia, que incluso había sido fichado por la policía.
En 1940, Picasso presentó una solicitud de naturalización que fue rechazada, tras otro gran rechazo en 1929, el del Louvre a la donación de "Las señoritas de Avignon".
"La historia del arte debe ser social", dijo Annie Cohen-Solal, "porque detrás de cada artista hay una persona que sufre, de la que la policía quizás tenga la foto de identificación"
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