Un verdadero boom, que hace dispararse ese mercado, que hoy vale más de 6 mil millones de euros.
Esto es lo que se desprende de una encuesta de Ipsos para Confesercenti (Asociación de Empresas).
La segunda mano e impone en la web y en los comercios.
En
detalle, el 56% de los entrevistados declaró que en los últimos
12 meses ha recurrido a plataformas online de venta de productos
usados ;;para sus compras de moda: el 19% lo hace siempre (4%) o
con frecuencia (14%) - pero los porcentajes aumentan
respectivamente hasta el 8 y el 19% entre los jóvenes de entre
18 y 34 años, mientras que el 37% lo hace a veces (22%) o
raramente (15%).
Las reparaciones también están ganando terreno: en el último
año el 34% de la muestra siempre (8%) o frecuentemente (26%)
llevó sus prendas a reparar en lugar de comprarlas nuevas,
mientras que el 52% lo hizo a veces (35%) o raramente (17%):
sólo el 14% dice no haberlo hecho nunca.
Una tendencia confirmada por el regreso de la sastrería, que
vuelve a aumentar, con un incremento de más del 4% entre 2014 y
2024.
Un crecimiento impulsado sobre todo por los empresarios
extranjeros (+52%).
Entre los nuevos hábitos de los consumidores, también se
consolida cada vez más la búsqueda de prendas producidas con
materiales reciclados: el 24% afirma haberlas comprado siempre o
con frecuencia, el 55% a veces o raramente en el último año.
El auge de las ventas de segunda mano contrasta con la
tendencia negativa de las ventas de fin de temporada. Con motivo
de las rebajas de verano, que finalizaron recientemente en la
mayoría de las regiones italianas, el 61,9% de las pequeñas
empresas de distribución de moda registraron menores ventas en
comparación con el año pasado, mientras que sólo el 27,9%
reportaron un desempeño estable y solo un 10,2% de crecimiento.
"Si es cierto que cada vez más personas, por razones de
ahorro o de sostenibilidad, recurren a artículos de segunda
mano, la cultura de la moda siempre permanece arraigada en el
ADN de los italianos, como lo demuestra la búsqueda de productos
de diseño, incluso usados, por los más jóvenes", comenta Nico
Gronchi, vicepresidente de Confesercenti.
"Sin embargo, ciertamente ya no tiene el peso que tuvo
antes: la proporción del gasto dedicado por las familias a la
moda en 2023 fue del 5,2%, un verdadero colapso si se compara
con el 13,6% en 1992.
La tendencia hacia la reutilización, que no es negativa en
sí misma, tiene implicaciones negativas para la cadena de
suministro de la moda. Especialmente en Internet, donde la
presencia de una gran cantidad de "elementos etiquetados", que
son efectivamente nuevos, suscita dudas sobre la presencia de
prácticas incorrectas: faltan controles.
En lugar de ello, habría que apoyar las compras
ecosostenibles en las tiendas, incluso invirtiendo en rincones
verdes dedicados a bienes y productos usados ;;"certificados"
que utilizan materiales reciclados.
Sería una inversión de futuro: la sostenibilidad y la
digitalización impulsarán cada vez más la economía, influyendo
también en los hábitos de compra.
"Apoyar a las empresas generalizadas con herramientas e
incentivos que nos permitan involucrarnos con estas importantes
tendencias globales será uno de los desafíos más importantes a
enfrentar en los próximos años", concluyó Gronchi.
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