La osa Kj1, abatida el 30 de julio pasado por un decreto firmado por el presidente de la Provincia Autónoma de Trento Maurizio Fugatti después de que el animal fuera considerado peligroso como resultado de agresiones contra algunas personas, fue homenajeada con una escultura en la arena de la artista de la arena Nicola Urru.
Urru decidió recordar al ejemplar asesinado con una escultura realizada en la playa de Platamona en Sassari, Cerdeña.
Una obra de unos 10 metros que representa al oso que duerme mientras abraza a un hombre también dormido, símbolo de la posible convivencia entre animales y personas.
"Donde los hombres han cohabitado con los osos, su presencia no ha quedado desapercibida. En el tiempo venerado, amado, odiado y combatido, hoy el oso ha sido destronado de su tierra, física y culturalmente. Sin embargo, rastros indelebles aún persisten en los mitos, leyendas y fiestas populares", escribe Urru en las redes sociales donde publicó su obra después de tres horas de trabajo con la arena, en medio de la lluvia.
"Preservar el oso significa salvar la identidad de muchos pueblos y culturas, incluida la de Trentino. Tal vez el error en el tiempo sea solo nuestro ... Nos hemos creado un verdadero síndrome de desconexión con la Naturaleza, por lo que al final cada vez menos sentimos la necesidad de su cercanía", añadió.
"En la práctica hoy en día, la naturaleza solo es válida porque sirve ... un árbol no debe ser derribado porque produce oxígeno ... Este es el verdadero drama del hombre. Tal vez haya llegado el momento de abandonar la relación enferma que tenemos con el oso y el resto del bosque... al fin y al cabo, se trata de decidir cómo queremos que sea la montaña: parque infantil de ciudadanos, jardín domesticado, o el último baluarte de vida auténtica en el que no se puede controlar todo... rayos, inundaciones y avalanchas", concluyó el artista.
La osa Kj1 fue abatida en la madrugada del martes 30 de julio. El 16 de julio había sido responsable del ataque contra un turista francés de 43 años en Naroncolo, en el municipio de Dro, en Trento, norte de Italia.
El asesinato de la osa provocó duras reacciones de los ecologistas pero también del mundo de la política.
Después de dos órdenes de matanza suspendidas por el TAR (Tribunal Administrativo Regional), la primera de las cuales no indicaba el nombre del oso, que aún no había sido identificado por la Fundación Edmund Mach, la tarde del lunes 29 de julio el presidente de la provincia de Trento, Maurizio Fugatti firmó el decreto.
La medida se tomó en virtud de la ley provincial número 9 de 2018 que, tras la reforma realizada el año pasado, autoriza al presidente de la Provincia a "sacar, capturar o matar limitadamente a las especies Ursus arctos y Canis lupus por determinadas razones de interés público significativo, entre ellas, con el objetivo de garantizar los intereses de la salud y la seguridad públicas".
Así, a primera hora de la mañana del martes, un equipo del Cuerpo Forestal de Trentino ejecutó el decreto firmado por Fugatti. La osa, que tenía 22 años y llevaba tres cachorros a cuestas, fue fácilmente identificada gracias al radiocollar que le colocaron el pasado 23 de julio, cuando fue capturada y luego liberada en su hábitat natural.
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