Una historia inspirada en la historia real de su padre, fallecido a principios de los años 80.
Un pasado que el director
sigue explorando en "México 86", inspirándose en parte en su
infancia y en su madre, una activista revolucionaria que se
separó de él durante mucho tiempo para seguir luchando contra la
dictadura.
La intensa protagonista de la película, que se estrena
mundialmente en el Festival de Cine de Locarno en Piazza Grande,
es Berenice Bejo.
Una prueba que tiene una resonancia muy
personal también para la actriz nacida en Buenos Aires, pero que
vive en Francia desde los tres años: "Cuando conocí a César
entendí que hacer la película sería también una manera de hablar
de mi familia", explica en la rueda de prensa. "Mis padres
huyeron de la dictadura en Argentina, algo de lo que no querían
hablarme. Su respuesta es que esos hechos deben quedar en el
pasado, ya que entonces tuvimos la suerte de vivir en Francia",
añadió Bejo.
Al aceptar el papel "pensé que también podría encontrar
respuestas a mis preguntas. Me sentí muy frustrada por su
silencio, pero hice las paces con México 86. Entendí que
nosotros también tenemos derecho a guardar silencio y a tener
secretos. Entre quienes han vivido hechos traumáticos como esos,
hay quien habla y quien no y no se debe juzgar, ambas son
opciones legítimas", amplió la actriz francoargentina.
Bejo aaltó a la fama mundial por el papel de Peppy Miller en
la película "The Artist" ("El artista", 2011), que le valió no
solo la aclamación por parte de la crítica sino también el
Premio César del cine francés a la mejor actriz y las
nominaciones al Óscar a la mejor actriz de reparto, así como al
Globo de Oro en la misma categoría.
En la historia presentada en Locarno, la actriz es María,
una militante de la resistencia en Guatemala, recientemente
madre, quien al verse obligada a huir, para continuar su lucha
por otros medios, toma la decisión de dejar a su hijo Marco
(Matheo Labbé) en Guatemala para crecer con su abuela.
Más de 10 años después, el niño llega a su madre con la
esperanza de empezar una nueva vida juntos, pero la mujer siente
el deber de continuar su lucha por la justicia.
En la película "cuento algo que forma parte de mi biografía
-observa Díaz-. Pero también es una reflexión sobre la mujer y
la maternidad. Me interesaba explorar cómo una madre puede ser
también una activista política y cómo puede dar sentido a su
vida para intentar crear un mundo nuevo para su hijo, decidiendo
incluso hacer un sacrificio absoluto, separarse de él, para
darle un mundo mejor".
Afortunadamente "hay personas como María capaces de
sacrificar su vida para defender la democracia que todavía hoy
es maltratada en tantos países", subraya Bejo. "Sin embargo,
¿cuántos en esta sociedad egocéntrica serían capaces de hacer
ese tipo de elección?".
Si "mujeres como María no lo hubieran hecho, no sé en qué
mundo viviríamos hoy. En la película está mi historia, la de
César y las ganas de hablar de estas mujeres que tienen este
tipo de fuerza".
Bejo también destaca el estrecho vínculo creado con Matheo
Labbé, que interpreta a su hijo: "Se creó una relación
extraordinaria entre nosotros. El es un niño muy inteligente,
criado por una familia amorosa, y que tenía absoluta confianza
en César. En la película él es increíble, incluso si pasó algo
inesperado durante una escena, supo reaccionar como solo lo
hacen los grandes actores. Me dejé llevar por su energía y lloré
mucho cuando me despedí de él, tiene un corazón enorme. Es un
niño lleno de amor. Lo llamé mi pequeño Leonardo DiCaprio".
En un momento en el que están resurgiendo algunas tendencias
negacionistas sobre el valor de la resistencia a las dictaduras
que han existido en América Latina, Díaz considera que esta "es
una película necesaria. Hay que identificarse con estas personas
que se levantaron contra la dictadura, para defender nuestros
derechos y el país".
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