Lo hace con vino enlatado, desairado en Italia, pero muy popular en el extranjero.
La novedad se dirige a las generaciones más jóvenes de consumidores que tienen un acercamiento difícil al vino, aunque lo aprecian, por ejemplo, como ingrediente en la coctelería.
Desde el punto de vista enológico es un vino a base de uva Turbiana, identificativo del territorio y certificado. No entra dentro de la denominación porque la especificación actualmente no incluye este formato.
"Lo concebimos - explica Giovanna Prandini - como un homenaje al "pirlo", el clásico aperitivo bresciano que, según la receta De.Co, recientemente aprobada por el Ayuntamiento de Brescia, implica el uso de un vino tranquilo: en este caso un producto de baja graduación alcohólica, pensado para un público puramente joven desde el envase, estudiado y diseñado por mi sobrina Alessia Prandini, con una dosificación de 0,25 que se relaciona con el litro que se consume en las tabernas en una mezcla de tradición y modernidad".
El objetivo de la empresa es aceptar sin esnobismo los retos que plantean los nuevos objetivos que se introducen en el mundo del vino. La producción actual es de 20 mil latas con el objetivo de quintuplicarla añadiendo al formato de 25cl un segundo formato de 20cl para vino espumoso.
"La esperanza - añade Prandini - es que el producto pueda incluirse en las especificaciones Garda Doc y creemos que el embalaje de aluminio puede transmitir un nuevo mensaje de frescura, practicidad y sostenibilidad, dado que la lata es 100% reciclable".
La empresa, que recientemente obtuvo la certificación Equalitas, adquiriendo también la posición de pionera en el sector en materia de sostenibilidad, produce 250 mil botellas (entre Garda, Valtenesi y Lugana Doc) en 45 hectáreas para una facturación de alrededor de 2 millones, en crecimiento de 300 mil euros en 2023.
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