Con esta frase, en 'Poeta de las cenizas', Pier Paolo Pasolini describía su casa en la via Giovanni Tagliere 3, en el barrio de Ponte Mammolo en Roma, no lejos de la cárcel de Rebibbia, donde vivió con su madre entre 1951 y 1954, y escribió su primera novela, 'Ragazzi di vita'.
Ahora ese apartamento ha sido donado al Estado por Pietro Valsecchi, el productor cinematográfico y televisivo que lo adquirió en una subasta después de las controversias por la venta tras la quiebra en 2019 del Grupo Bonifaci Srl, propietario del inmueble.
Según el acta notarial, Valsecchi actuó como "portavoz" de las preocupaciones del mundo cultural y las asociaciones locales, que habían lanzado una petición para detener la subasta. Junto con su esposa, decidieron adquirir la propiedad y donarla al Estado para convertirla en un espacio para actividades culturales.
Hoy, en un acto firmado en la sede del ministerio por él y el director general de Museos, Massimo Osanna, en presencia del ministro Gennaro Sangiuliano y del subsecretario de Cultura, Gianmarco Mazzi, este plan se ha convertido en realidad.
La propiedad ahora será asignada al Instituto Pantheon y Castel Sant'Angelo - Dirección de Museos Nacionales de la Ciudad de Roma.
Esta elección se hizo tanto por su relevancia territorial como temática, ya que este mismo instituto ya alberga las casas museo de Mario Praz, Boncompagni Ludovisi y Hendrik Christian Andersen. La de Pasolini ahora se convertirá en un centro cultural y residencia para jóvenes artistas.
"Hoy adquirimos legalmente la propiedad, y desde mañana por la mañana comenzaremos el diseño, y creo que en un año podremos llevar a cabo lo que debemos hacer", comentó Sangiuliano.
"Pasolini trabajó mucho en las periferias urbanas", y ahora "el ministerio se compromete a utilizar esta propiedad para crear un centro capaz de albergar a jóvenes que desean practicar el arte, la poesía, la cultura en todas sus formas y recordar así la figura del gran Pasolini".
Por lo tanto, el apartamento tendrá "una función más innovadora como centro cultural y lugar de desarrollo de la creatividad", afirmó Osanna.
"Llevaremos a cabo un proyecto coral que involucre activamente al territorio". El mismo que Pasolini, también en 'Poeta de las cenizas', describía como "Italia desnuda y hormigueante, con sus jóvenes, sus mujeres, sus 'olores a jazmines y pobres sopas', los atardeceres sobre los campos del Aniene, los montones de basura: y, en cuanto a mí, mis sueños íntegros de poesía".
"Hoy la casa puede convertirse en un faro y un punto de creación para los jóvenes, donde no hay cultura, en estas tierras ya desoladas, estas periferias que ahora se han convertido en tierras de nadie", concluyó Valsecchi.
"Quizás necesitamos diez, cien casas como las de Pasolini que se conviertan en centros culturales en las periferias".
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