Roma tuvo el esperado retorno de Coldplay desde 2003, cuando actuaron en la Centrale del Tennis.
Veintiún años después, la banda británica, que desde entonces se ha convertido en estrella del pop mundial, fue recibido en un cálido abrazo de Roma, en el Estadio Olímpico, a unos cientos de metros de la Centrale.
"Gracias por esperarnos 21 años, gracias y bienvenidos a todos. Estamos muy felices de estar aquí. Los amo", saluda Chris Martin, en parte en italiano y en parte en inglés, en la inauguración de la primera de las cuatro veladas, que los tuvo protagonistas en la capital con la tercera serie del Music of the Spheres World Tour (el mismo que hizo escala en Nápoles y Milán hace un año).
El estadio está a tope, la espera ha sido larga y ahora quiere inundarse de colores, de alegría, de confeti, de la energía positiva que cada concierto del grupo inglés consigue emanar. Una isla feliz, de la que, sin embargo, el mundo exterior no está excluido.
"Tenemos suerte de estar aquí con todo lo que está pasando en el mundo. También tenemos suerte de tener tanta gente que viene de todas partes para cantar con nosotros con paz y amabilidad", agrega el líder.
Y la prueba está en los mensajes escritos en todos los idiomas del mundo. Un cartel en particular llama la atención de Martin: "Desde Ucrania. Oye, mira lo que tengo en el brazo". Y muestra las cintas amarillas y azules que lleva en la muñeca, para no olvidar el conflicto que dura más de dos años, sin perspectivas de paz.
Pero también hay otra guerra que Coldplay no olvida: la de Oriente Medio y piden a Roma que les envíe su amor. "Si quieres paz, sé paz. Si quieres amor, sé amor", es el escrito que, en un momento determinado, se desplaza por la pantalla. Tampoco falta apoyo a los derechos LGBTQ+ con Martin envolviéndose en la bandera del arco iris (RPT: bandera del arco iris) durante Human Heart.
El mensaje es alto y claro, como las ganas de divertirse, de festejar y de cantar todos a una sola voz "por el mejor viernes que recuerdo".
Las 65 mil personas en el Olímpico (serán más de 260 mil para las cuatro fechas), incluido el campeón de tenis Roger Federer, encuadrado por las cámaras, son un mar que se ilumina de mil colores diferentes, gracias a las pulseras repartidas al inicio del espectáculo.
Planetas, Lunas, Estrellas y Hogar son las cuatro partes en las que se divide el concierto. Partimos de Música de las esferas para luego pasar a Poder Superior, Aventura de tu vida.
Viva La Vida es una explosión de alegría, como el Himno del fin de semana. De su repertorio, Martin elige Magic, solicitado por una chica del público a quien le pidieron que lo cantara en el escenario con él. En Yellow, el primer éxito real de la banda, el público se pone amarillo.
"Todo el mundo es un extraterrestre en alguna parte" es el mensaje que acompaña a My Universe.
Para Un cielo lleno de estrellas, Martin pide "el teléfono en el bolsillo y las manos en el aire. Sólo para una canción".
Enormes esferas inflables, que representan meteoritos y planetas, llevan al público a un viaje al espacio junto con Chris, Jonny, Guy y Will, que destacan en las dos pantallas gigantes situadas a un lado del escenario.
Hace un tiempo Coldplay prometió que no volverían a realizar conciertos hasta que encontraran una manera de hacerlos sostenibles: con energía procedente de fuentes renovables, combustible regenerado para viajar, compromiso con la limpieza de los océanos y la reforestación, seguro que lo están intentando.
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