Su historia generó una ola de solidaridad entre los ciudadanos, muchos de los cuales estaban dispuestos a regalarle sus entradas y llevó a los parlamentarios de la Comisión de Cultura de la Cámara a avanzar con una propuesta de ley para garantizar el acceso de las personas con discapacidad a conciertos.
Todo comenzó el año pasado, según informó el Codacons, el comité que agrupa asociaciones de consumidores. Con bastante anticipación, una señora había comprado entradas para el concierto de Coldplay en Roma para ella y su hija de 14 años, quien es discapacitada. Sin embargo, en los últimos meses, la salud de la chica empeoró, obligándola a usar una silla de ruedas.
Al tener asientos en una tribuna no accesible, pidió a Live Nation, la empresa organizadora, ser trasladada a una zona accesible para ella y su hija. Sin embargo, recibió un 'no' debido a la falta de disponibilidad.
En un comunicado, la empresa declaró haberse enterado "a través de una nota de Codacons, difundida por los medios de comunicación, sobre el incidente". Y se mostró dispuesta a encontrar una solución.
Esta solución llegó ayer, cuando la asociación de consumidores anunció que todo se había resuelto. Aunque reiteraron que el 2 de julio "la madre de la niña envió una comunicación formal por correo electrónico a Live Nation", y no era posible que la empresa lo supiera una semana después.
Mientras tanto, la política también se movió. Entre los primeros en hablar estuvo el expremier Giuseppe Conte, para quien fue "un triste ejemplo de discriminación".
Los parlamentarios del M5s de las comisiones de Asuntos Sociales también se pronunciaron: "Creemos que es deber preciso de la organización encontrar una solución alternativa", declararon.
Se les unió el diputado de Hermanos de Italia, Antonio Baldelli, quien aprovechó la oportunidad para relanzar una propuesta de ley presentada en noviembre pasado. "Propone agregar ese elemento que falta para hacer efectivo el derecho de las personas con discapacidad para disfrutar, como todos los demás ciudadanos, de la participación en un concierto, un evento deportivo o cualquier otro espectáculo público", explicó.
La ley obliga a prever un número de asientos reservados para personas con discapacidad, entrada gratuita para el acompañante, condiciones adecuadas de acceso y utilización, un número de teléfono dedicado para la compra de entradas y toda la información útil para la participación, incluso para el cambio de asientos, si fuera necesario.
En resumen, con esta ley "nunca debería ocurrir que una persona con discapacidad sea excluida de un concierto", concluyó Baldelli.
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