El Museo del Prado detectó hace tres años que iba a ser subastado, atribuido a un alumno de José de Ribera, en la casa de subastas Ansorena por 1.500 euros y en 24 horas el ministerio de Cultura lo declaró inexportable y el gobierno regional de Madrid Bien de Interés Cultural (BIC).
Maria Cristina Terzaghi, una de las mayores expertas en el mundo en Caravaggio (1571-1610), fue de las más rápidas en identificar la tela en la casa de subastas como obra del pintor barroco italiano.
El cuadro, situado por los expertos entre 1606 y 1609, fue restaurado por un equipo liderado por el experto italiano Andrea Cipriani, en el que participaron especialistas como Claudio Falcucci y Carlo Giantomassi.
Su nuevo dueño, un coleccionista británico anónimo, lo adquirió por entre 35 y 40 millones de euros, según la prensa española, y llegó a un acuerdo con la pinacoteca española para mostrar la tela de forma temporal durante nueve meses, periodo que se podría prorrogar.
Los primeros tres meses, la presentación de Cristo por parte de Poncio Pilato con una corona de espinas diciendo "Aquí está el hombre" ("Ecce homo") con un soldado detrás con la boca abierta estarán solos en una sala llamada "Ecce Homo. El Caravaggio perdido", y después pasará a la sala del naturalismo europeo.
La obra se encuentra ahora a pocos metros del único cuadro que había hasta ahora en el Museo del Prado de Caravaggio, "David vencedor de Goliat".
"Hace 45 años que no sucede algo semejante, que aparezca un "caravaggio" y que la crítica sea unánime en incluirla en su catálogo.
"El martirio de Santa Úrsula", en 1981, en Nápoles, vivió un proceso semejante", contaba hoy en rueda de prensa David García Cueto, jefe de Departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800 del Museo del Prado.
Terzaghi, quien dirigió las investigaciones sobre la historia de la obra, habló del "asombro que el Ecce Homo suscitó en el mundo. Caravaggio nos sorprendió una vez más yendo más allá de las expectativas", comentó.
Durante la investigación se evidenciaron "las típicas pinceladas cruzadas de Caravaggio", apuntó.
El cuadro apareció por primera vez en 1631 entre los bienes de Juan de Lezcano, un secretario del virrey en la corte de Nápoles, y enviado a Madrid pasó al rey Felipe IV y de ahí a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Esta institución la permutó en 1823 por una obra de Alonso Cano al político Evaristo Pérez de Castro, cuyos descendientes la llevaron a la subasta y de quienes la adquirió el actual propietario, interesado en que el cuadro permanezca en colecciones públicas.
Terzaghi avanzó que la obra ha sido pedida para formar parte de una exposición que sobre Caravaggio se realizará el año próximo en el Palacio Barberini de Roma.
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