Símbolo de la más antigua civilización rural y de la cultura de la trashumancia, el carnaval en Basilicata es la expresión del vínculo indisoluble entre la población, los animales y el paisaje.
Hasta el 13 de febrero, nueve comunidades revelarán sus ritos carnavalescos, hechos de rituales sugestivos, tutelados por la "Red de los Carnavales Lucanos con valor antropológico y cultural.
La Red valoriza, promueve y reúne las fiestas más representativas y las máscaras históricas de la tradición.
El líder del proyecto es Tricarico, que involucró a otros pueblos lucanos, cada uno con su rito y su propia identidad, en un camino compartido: Teana con el oso, Satriano con la Rumita, Cirigliano con las estaciones, Aliano con las máscaras con cuernos, San Mauro Forte con los cencerros, Lavello con el Dominó, Montescaglioso con dos carnavales y Stigliano con el Payaso.
Protagonistas de todos los carnavales históricos son el mundo natural y aquel animal a través de la moderna lectura de mitos y leyendas arcaicas.
El carnaval de Tricarico, "l'mash-kr" en dialecto local, está representado por el toro y por la vaca: Las máscaras llevan, respectivamente, un tocado negro adornado con largas cintas rojas y un sombrero de ala ancha cubierto de una bufanda y por un velo, ambos blancos, decorados con largas cintas multicolores que bajan hasta los tobillos.
El carnaval de Taena se caracteriza por la improvisación, por el instinto y la curiosidad: es uno de los más reconocidos y seguidos en Lucania, siendo el principal protagonista el oso.
A él -el último sábado de carnaval- está dedicado el "proceso", parodia de la "Pasión de Jesús".
La singularidad de Satriano está representada por el "bosque que camina", donde los árboles se convierten en hombres y los hombres se transforman en árboles, inspirados en la figura misteriosa del Rumita, alma silenciosa que representa el espíritu del bosque.
Protagonistas del carnaval de Cirigliano son Pulcinella y las máscaras de las cuatro estaciones y de los 12 meses del año; El desfile parte del castillo baronal del siglo XVI y serpentea por las pintorescas callejuelas del casco antiguo iluminadas por antorchas y animadas por la festividad de la procesión.
Las máscaras cornudas de Aliano evocan criaturas demoníacas y torpes, cuyo carácter amenazador queda mitigado por los coloridos sombreros que adornan sus cabezas; las figuras que las llevan desfilan por el pueblo, moviéndose al son de acordeones y cupa-cupa, un instrumento musical sencillo y ancestral fabricado con un vaso de barro, una funda de piel de animal y una caña ensartada en el centro.
Durante el carnaval de San Mauro Forte, los cencerros rompen la tranquilidad del pueblo con su sonido oscuro pero ensordecedor, que se propaga por las calles y callejuelas hasta la torre normanda, en un ambiente evocador y misterioso.
En el carnaval de Lavello, la gente baila hasta el amanecer con el Domino, una máscara caracterizada por una larga túnica de raso.
El carnaval de Montescaglioso tiene una doble alma: el martes de Carnaval, se escenifica el "Carnevalone tradicional", con desfiles de grupos enmascarados, cencerros, figuras cargadas de simbolismo; el domingo anterior al martes de Carnaval, es el turno del "Carnevale Montese", con un desfile de imponentes carros alegóricos.
El protagonista del carnaval de Stigliano, de raíces ancestrales que evolucionó con el tiempo, es la máscara del payaso que sostiene una petaca de vino y la cupa-cupa, símbolo del contacto ininterrumpido con el pasado.
El ciclo carnavalesco lucano, que comenzó el 13 de enero, implica a todos los pueblos de la zona, cada uno con sus propios ritos ancestrales.
En Pietrapertosa se escenifica el juicio de carnaval con la procesión que, llegando a la plaza, procederá a su condena; y en Trecchina, la cupa-cupa lleva el ritmo de las rimas del "Contacronze", ataviado con sombrero oscuro y chaqueta de pastor.
En las callejuelas de Pomarico, tiene lugar una procesión protagonizada por Pulcinella y su esposa Zeza, acompañados por el canto de una canción de tonos indecorosos.
En Accettura, cencerros, gaitas y ciaramelle acompañan la fiesta de San Antuono; en Armento, se escenifica la quema del carnaval y en Picerno, una larga procesión conduce a la quema de la fiesta.
Las "marionetas de carnaval" también corren la misma suerte en Tursi; el sonido de la cupa-cupa acompaña a la máscara de San Severino Lucano y en Oppido desfila una procesión con labradores que imitan el trabajo en el campo durante las fiestas. Para más información: aptbasilicata.it
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