Como ayer en la cámara ardiente junto a la foto de la actriz se encuentran la efigie del Padre Pío y la Virgen con el agua bendita de Lourdes.
Junto al ataúd cubierto de rosas blancas, entre los bancos, están sentados los niños Debora Ergas, Ciro y Azzurra De Lollis y luego Mara Venier, Alberto Matano, Stefania Orlando, Pino Strabioli, Beppe Convertini, Vladimir Luxuria. La iglesia está completamente llena y afuera se ha reunido una multitud esperando.
"Yo la amaba y ella me amaba. Hay tantos recuerdos, la amábamos. Era una mujer amable, generosa, muy presente en nuestra amistad. De vez en cuando me llamaba y me decía: no hemos hablado en mucho tiempo. Hace mucho que quería decirte que te amo", dice Mara Venier.
"Estamos aquí - dice entre la pequeña multitud de admiradores reunidos en la plaza - porque la queremos mucho. Ella era una mujer libre, enseñó a otras mujeres a ser libres también. Esto es lo más importante".
"Una mujer muy inteligente. Quien la conoció sabe lo dulce y respetuosa que era. Como mujer libre, siempre luchó contra los prejuicios, fue algo natural para ella", dice Vladimir Luxuria.
"Es un gran sufrimiento, pero ella nos mirará desde allá arriba y nos dirá 'qué lindo eres' - dice -. Tuve el privilegio de tenerla como madrina en el festival de cine Lovers, un festival dedicado a los derechos LGBT".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA