La vida y la muerte y el centro del tiempo, que teje su tela en la que el hombre con su carne permanece enredado en el intento de liberarse y quizás consigue convertirse en héroe, de Micenas a las historietas de Marvel.
Es el hilo de aplazamientos infinitos en los que se desenreda el instante de eternidad.
Entre nosotros y los antiguos -visitable desde el jueves 4 de mayo hasta el 30 de julio 2023- una muestra de arte antiguo sin embargo conceptual como solamente moderno y contemporánea que consigue ser.
No por casualidad está en Roma en las Grandes Aulas de las Termas de Diocleciano, lugar de enorme fascinación de arqueología industrial que por sí solo vale la visita.
Promovida por el ministerio italiano de Cultura y del ministerio de Cultura y Deporte de Grecia -no está excluido que en un futuro se traslade a Atenas- la exposición está organizada por la Dirección General de Museos y del Museo Nacional Romano en colaboración con Electa. Ideada y cuidada por Massimo Osanna, Stéphane Verger, Maria Luisa Catoni y Demetrios Athanasoulis, con el apoyo del Parque Arqueológico de Pompeya y la participación de la Escuela LMT Altos Estudios Lucca y de la Escuela Superior Meridional.
Alrededor de 300 las obras en la muestra "entre nosotros y los antiguos", subdivididas en cinco secciones: grandes estatuas, imponentes como el maravilloso buso di Cosimo de Medici de Benvenuto Cellini o elegantes como la Estatua de Chica de Thera.
Fragmentos o sarcófagos, cuadros y vasos funerarios o también aquel con ninfas o sátiros de 1755 de Ginori di Doccia, lo relojes de bronce y las estrellas funerarias que invitan a volver adelante y atrás en los grandes espacios porque existe siempre alguna maravilla que escapa a la observación en lo complejo y fascinante de esta muestra única.
En en doble recorrido, la eternidad y el instante, figuran obras antiguas, medievales, modernas y contemporáneas. Muchas fueron hace poco restauradas y están expuestas por primer vez: como el carro de la esposa de Civita Giuliana, la estatua de Hércules del Parque Arqueológico de Appia Antica, nuevas adquisiciones como la Tabula Chigi del Museo Nacional Romana y, sobre todo, numerosas obras maestras generalmente conservadas en los depósitos y en los museos de Italia y de Grecia. como la estatua de la kore de Santorini precisamente.
La eternidad de un instante se abre con el vacío del elenco de dos víctimas anónimas de la erupción del Vesubio, una presencia de la ausencia que vuelve sobre el tema de la reinterpretación de lo antiguo de la que está diseminada la muestra.
Al decir que esta humanidad que dejamos a nuestras espaldas vuelve y, en este volver, asume un valor absoluto de conocimiento pero también de compulsión a repetir, artística, filosófica, literaria.
Luego en la Fama eterna de los héroes se narra la guerra entre griegos y troyanos, y el fragmento se convierte en evocación en el orden del cosmos que concluye con la transfiguración del mito como el líder y el cisne de la Galería Borghese.
Las obras y los días en el aula IV entran en las minucias milimétricas de la vida cotidiana con el osario del oculista romao C. Terentius Pistus que por 87 años, cinco meses, veinticuatro días y diez horas registró el tiempo de su larga vida.
Finalmente Humanos y Divinos en el centro del Aula V para una humanidad jaspeada sin lógica, entre estatuas, tallo antropomorfos como la etérea Sekhmet egipcia. Luego el viaje se concluye -pero puede reanudarse hasta el infinito- entre los sarcófagos imperiales romanos y los ex voto de una humanidad hecha a pedazos en su búsqueda de absoluto que naufraga en las vísceras.
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