"Fueron personas de otro planeta. Todavía hoy me sorprende cómo consiguieron sobrevivir a las dificultades náuticas con pasajes estrechos, sin conocimiento de los fondos marinos y con vientos fortísimos. Si nosotros, que vamos ayudados por la tecnología encontramos dificultades, cuántas debían tener ellos", cuenta Russo.
Capitán de barco durante dos décadas, Russo presentó su libro "Pigafetta y Magallanes. Un viaje al fin del mundo" (Sandro Teti Editore) a bordo de la "Nave di libri", que navegó de Civitavecchia (Italia) a Barcelona, con motivo del Día Mundial del Libro, el pasado 23 de abril, cargado de escritores italianos, y hoy regresó al puerto italiano.
Considera que Pigafetta "llevó la gloria a Magallanes. Sin Pigafetta, Magallanes habría sido mucho menos. Pero el italiano es menos conocido que él".
Pigafetta (1480-1534) formó parte de la expedición de Fernando de Magallanes que culminó con la primera circunnavegación del globo en 1522 a bordo de la nao Victoria, la única de las cinco que regresó a España, tres años después, y fue uno de los 18 hombres que sobrevivieron al viaje de los 265 que partieron.
Su "Relación del primer viaje alrededor del mundo" (1524), que escribió durante el viaje y posteriormente, de gran valor por sus apuntes de náutica y lingüística, es la fuente principal de información sobre el viaje de Magallanes y Sebastián Elcano.
Este diario a bordo "es considerado por algunos el primer verdadero libro de viajes. Si no hubiese sido por él, Magallanes habría caído en el olvido, porque él nunca regresó. En cambio, de forma increíble la figura de Pigafetta ha sido olvidada por todos, para empezar por culpa de los italianos, que no hacemos nada para difundirlo", señala el editor del libro de Russo, Sandro Teti.
Como apunta Russo en su libro, "ninguna imagen, ningún busto y ningún monumento por el mundo representa realmente a Pigafetta. Su verdadero rostro es desconocido".
Mientras Magallanes "viajaba para encontrar especies por el camino más corto, quien viajaba para descubrir era Pigafetta", apunta Russo.
Teti subraya que "la gran mayoría de los que viajaron lo hacían por necesidad de dinero, mientras que Pigafetta, que era noble, no necesitaba dinero".
Russo emprendió el viaje por la Patagonia y la Tierra del Fuego porque quiso ir "a ver con mis propios ojos lo que hizo Pigafetta. Llegamos hasta el Cabo de Hornos y también hasta el Cabo Deseado, donde los barcos no llegan", relata.
Cree que Magallanes "llamó Pacífico a aquel océano, no porque fuese pacífico, sino en comparación a lo que había vivido para atravesar el Estrecho con vientos repentinos y fuertes corrientes".
Se sigue mostrando sorprendido de "cómo pudo concebir aquel viaje un hombre que nunca había visto el mar -pero que era muy erudito sobre cartografía y astronomía- y en una barco de 25 metros".
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