Por Elisa Buson - Las imágenes más nítidas jamás tomadas del universo recién nacido, retratadas apenas 380.000 años después del Big Bang, fueron producidas por el Telescopio Cosmológico de Atacama en Chile, recogiendo la luz más antigua del cosmos detectable en microondas (la radiación cósmica de fondo), y tienen una resolución cinco veces mayor que las creadas hace una década por el satélite Planck.
En la práctica, muestran los cúmulos de los que nacieron las primeras estrellas y galaxias, confirmando la validez del modelo estándar que describe las fuerzas que actúan en el cosmos.
Los datos se presentan en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Física.
Las nuevas imágenes basadas en el estudio de la radiación de fondo, el eco del Big Bang, ofrecen una visión extraordinariamente clara y detallada de las variaciones de densidad y de velocidad de los gases de hidrógeno y helio que llenaban el universo naciente: las regiones más densas, parecidas a nubes, se consolidaron luego en las primeras estrellas y galaxias.
"Hasta ahora podíamos ver dónde estaban las cosas, ahora también podemos ver cómo se mueven", observa Sigurd Naess, investigador de la Universidad de Oslo y autor principal de uno de los artículos resultantes del estudio.
"Así como las mareas pueden usarse para inferir la presencia de la Luna, el movimiento trazado por la polarización de la luz nos dice qué tan fuerte fue la atracción gravitacional en diferentes partes del espacio", explica.
"Hemos medido con mayor precisión que el universo observable se extiende a casi 50 mil millones de años luz en todas direcciones desde nosotros y contiene una masa equivalente a casi 2 billones de billones de soles", dice la astrofísica italiana Erminia Calabrese, profesora de la Universidad de Cardiff y autora principal de uno de los artículos.
De toda esta masa, sólo una pequeña parte está formada por materia normal, la que podemos ver y medir: el resto es materia oscura y energía.
La masa de materia normal se compone de tres cuartas partes de hidrógeno y una cuarta parte de helio: casi todo el helio existente se produjo en las primeras etapas del universo, mientras que los elementos de los que estamos hechos los humanos (principalmente carbono, oxígeno, nitrógeno y hierro) se formaron más tarde en las estrellas y representan sólo una "pizca" de este "guiso" cósmico.
Los nuevos datos confirman finalmente la edad del universo, equivalente a 13,8 mil millones de años, y el valor de la constante de Hubble, que describe la velocidad de expansión del universo.
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