Y ahora, Elon Musk, su aliado cercano, ha puesto fechas concretas, anunciando que su megacohete Starship partirá hacia el planeta rojo a finales de 2026, con el robot humanoide Optimus a bordo, mientras que los seres humanos podrían seguirlo entre tres y cinco años después.
"Starship partirá hacia Marte a finales del próximo año,
transportando a Optimus. Si estos aterrizajes salen bien, los
viajes humanos podrían comenzar en 2029, aunque 2031 es más
probable", escribió el fundador de SpaceX en su red social X.
Si todo marcha según lo planeado, Trump podría convertirse
en el presidente de la nueva era de la exploración espacial
estadounidense.
En septiembre pasado, Musk también había pronosticado la
construcción de las primeras ciudades para colonias humanas en
Marte, aunque estima que esto tomará al menos otra generación.
Según su visión, "la frecuencia de vuelos aumentará
exponencialmente, con el objetivo de construir una ciudad
autosuficiente en aproximadamente 20 años".
Con sus 123 metros de altura—equivalentes a un edificio de
40 pisos—, Starship es el cohete más grande y potente del mundo.
Su desarrollo es clave para cumplir la ambición de Musk de
realizar viajes a la Luna y Marte.
La NASA espera contar con una versión modificada de la nave
para su programa Artemis, cuyo objetivo es llevar astronautas de
regreso a la Luna antes de que termine la década. Sin embargo,
Trump parece querer enfocarse directamente en Marte.
Antes de que estas misiones puedan concretarse, SpaceX debe
demostrar que Starship es fiable, seguro para la tripulación y
capaz de realizar reabastecimientos en órbita, un factor crucial
para misiones de exploración profunda.
No obstante, la compañía de Musk ha sufrido múltiples
fallos recientemente, incluyendo el octavo y último vuelo de
prueba, realizado el 7 de marzo. Como en la prueba anterior de
enero, la gigantesca Starship explotó a gran altitud,
esparciendo una nube de escombros incandescentes sobre el Caribe
y provocando la interrupción temporal del tráfico aéreo.
A pesar del fallo, el booster (primer estadio del cohete)
logró regresar y aterrizar con éxito, realizando una maniobra
espectacular en la que fue capturado por dos brazos mecánicos en
la rampa de lanzamiento en Texas, una técnica que solo SpaceX ha
logrado perfeccionar.
Desde entonces, la Administración Federal de Aviación (FAA)
ha abierto una investigación sobre la reanudación de los
lanzamientos de SpaceX.
Mientras tanto, Musk ha asumido un papel de salvador con
Butch Wilmore y Suni Williams, los dos astronautas
estadounidenses atrapados en la Estación Espacial Internacional
(ISS) desde junio.
Ambos llegaron a bordo de la nave Boeing Starliner, que
posteriormente sufrió problemas técnicos, impidiendo su regreso
a la Tierra.
El viernes pasado, el cohete Falcon 9 de SpaceX despegó con
éxito desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, transportando
una nueva tripulación a la ISS, lo que permitirá que los
astronautas varados regresen a casa.
Su retorno, junto con el estadounidense Nick Hague y el ruso
Alexandre Gorbunov, podría ocurrir el próximo miércoles, tras
compartir unos días en la ISS con los cuatro colegas que los
sustituirán.
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