En gran parte invisible para los satélites, esta cantidad ha sido estimada de forma más precisa gracias a las mediciones a escala global realizadas por una flota de más de 900 robots submarinos del proyecto Argo.
El estudio ha sido publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Ciencias (Pnas) por investigadores de la Universidad Dalhousie en Canadá.
El fitoplancton es la forma de vida vegetal más importante para los ecosistemas acuáticos.
Está compuesto por numerosas especies de algas unicelulares, invisibles a simple vista, que flotan suspendidas y son transportadas por las corrientes.
Estas algas constituyen una fuente de alimento esencial para todas las demás formas de vida acuática y además son los principales productores de oxígeno en los ecosistemas marinos.
Se estima incluso que producen la mitad del oxígeno que respiramos.
Hasta ahora, la comprensión de las dinámicas a gran escala del fitoplancton se basaba en observaciones satelitales, que permiten estimar la presencia de clorofila a través del color de los océanos, un parámetro bastante aproximado utilizado para calcular la biomasa.
Sin embargo, los satélites solo pueden monitorear una pequeña porción superficial de los océanos, lo que impide observar el fitoplancton que se encuentra en capas más profundas.
Gracias a los robots submarinos, los investigadores canadienses lograron analizar alrededor de 100,000 columnas de agua en el océano Atlántico, el Pacífico y el Índico para describir la biomasa de fitoplancton realmente presente y su variabilidad en el espacio y el tiempo.
Además de estimar la cantidad total de fitoplancton, los investigadores descubrieron que el monitoreo de la clorofila desde el espacio no permite identificar correctamente el momento en que ocurre el pico anual de biomasa en dos tercios de los océanos.
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