Descubierto por uno de los telescopios de rastreo Atlas en Hawái, la 'nueva entrada' celeste ha sido denominada temporalmente A11bP7I, a la espera de la designación oficial por parte del Minor Planet Center.
"Quedó inmediatamente claro que la órbita de A11bP7I podría convertirlo en un cometa especial, uno de esos cometas imprudentes que pasan cerca del Sol, hasta el punto de ser destruidos la mayor parte del tiempo", explica el astrofísico Gianluca Masi, que lo observó los días 29 y 30 de septiembre a través de uno de los instrumentos robóticos del Proyecto Telescopio Virtual instalado en Manciano (Grosseto), bajo el cielo más libre de contaminación lumínica de la Italia peninsular.
Al igual que el cometa Lovejoy, el A11bP7I también pertenece a la familia de los cometas solares de Kreutz, nacidos de la fragmentación de un cometa progenitor hace aproximadamente un milenio.
"Las piezas resultantes acaban visitando de vez en cuando el Sol, lo que casi siempre las destruye debido al paso muy rasante, insostenible para las estrellas pequeñas", subraya Masi. "De vez en cuando, algunos de estos cometas dan lugar a un aspecto absolutamente espectacular: en la práctica, muchos de los llamados Grandes Cometas son miembros de esta familia. Baste recordar el C/1965 S1 Ikeya-Seki, que se hizo visible a plena luz del día".
A11bP7I se encuentra actualmente en la constelación de Hidra y es visible justo antes del amanecer en el sureste, pero sólo a través de telescopios de buen tamaño.
En los pocos días transcurridos desde su descubrimiento, su brillo ha ido aumentando constantemente. Los datos preliminares hoy nos permiten evaluar el cometa como más significativo que el C/2011 W3 Lovejoy y que pasará el perihelio el 28 de octubre.
"El cometa favorecerá el hemisferio sur, al menos hasta el perihelio", recuerda Masi. "Si el núcleo sobrevive al punto de inflexión alrededor del Sol el 28 de octubre, será el turno del hemisferio norte de verlo en su mejor momento, en el cielo del amanecer".
Un escenario apasionante que se superpone con el momento de mejor visibilidad de otro cometa, el C/2023 A3 Tsuchinshan-Atlas, que ya deleita a los curiosos del cielo al amanecer, pero que a partir del 9 de octubre podría mostrarse espectacular al atardecer.
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