El hallazgo tuvo lugar gracias al experimento NA62, la colaboración internacional prevista para llegar hasta la física de frontera y que desde octubre de 2022 coordina el italiano Giuseppe Ruggiero, investigador del Instituto Nacional de Física Nuclear y profesor de la Universidad de Florencia.
La observación, presentada en un seminario en el CERN, presenta una partícula llamada '"kaon", descubierta hace casi 80 años.
Los resultados obtenidos siguen siendo compatibles con las predicciones del Modelo Estándar, la teoría física de referencia que describe el comportamiento de todas las partículas, pero difieren ligeramente: los eventos observados, de hecho, son un 50% más numerosos de lo esperado.
Esto podría deberse a partículas desconocidas que aumentan la probabilidad de este fenómeno.
"No podemos sacar conclusiones de la observación actual", dice Ruggiero a ANSA.
"Hasta ahora, NA62 ha analizado una cuarta parte de los datos tomados y de los que tomará en los próximos dos años. Este resultado muestra que el experimento tiene el potencial de identificar una pista para una nueva física en los próximos dos o tres años, aunque para un descubrimiento en el sentido estadístico del término será necesario combinar el resultado de NA62 con los de otros experimentos", agrega el investigador.
El evento observado en el CERN consiste en la desintegración del kaon cargado en tres partículas: un pion cargado y un par formado por un neutrino y un antineutrino. Según el modelo estándar, menos de 1 entre 10 mil millones de kaones se desintegran de esta manera.
"Varios modelos teóricos sugieren que esta decadencia es extremadamente sensible a las desviaciones de la predicción del Modelo Estándar - continúa Ruggiero - convirtiéndolo en uno de los procesos más interesantes de estudiar para buscar evidencia de nueva física. NA62 es el único experimento en el mundo que puede estudiarlo".
"Con esta medición, la desintegración vista se convierte en la más rara en alcanzar el nivel de descubrimiento", afirma la italiana Cristina Lazzeroni, de la Universidad británica de Birmingham, quien fue coordinadora del experimento de 2019 a 2022, antes que Ruggiero, y que se encuentra entre las autores del hallazgo.
"Este difícil análisis es el resultado de un excelente trabajo en equipo y estoy muy orgullosa de ello", concluye.
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