Lo advierte la primera edición del informe anual que hace balance de este fenómeno, publicado en la revista Earth System Science Data y elaborado por la Universidad de East Anglia, el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, la Oficina Meteorológica británica y el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo.
Entre las zonas de mayor riesgo, sobre todo si las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen en niveles elevados, figuran Canadá, que sextuplicará la probabilidad de que se produzcan sucesos catastróficos, la Amazonia occidental y Grecia, que triplicarán y duplicarán respectivamente la frecuencia de incendios similares.
El informe muestra que las emisiones de CO2 procedentes de incendios entre marzo de 2023 y febrero de 2024 fueron un 16% superiores a la media, con un total de 8.600 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Los incendios forestales canadienses, en particular, contribuyeron con casi una cuarta parte de las emisiones mundiales. Además, se descubrió que la gran extensión de los incendios en Canadá y el Amazonas se veía amplificada casi con toda seguridad por el cambio climático en curso.
"Los incendios son cada vez más frecuentes e intensos a medida que el clima se calienta, y tanto la sociedad como el medio ambiente están sufriendo las consecuencias", afirma Matthew Jones, de la Universidad de East Anglia, que coordinó a los investigadores.
Para la próxima temporada, las previsiones siguen apuntando a una probabilidad de incendios extremos superior a la media, sobre todo en zonas de América del Norte y del Sur, debido a las condiciones de calor, sequedad y viento favorables a la ignición de estos fenómenos.
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