El colapso de la corriente del Atlántico Sur, conocida como AMOC o también como corriente del Golfo, parece cada vez más probable y cada vez más cercano: después del estudio publicado en julio de 2023 que señalaba el año 2057 como el año más probable para una interrupción de esta corriente, ahora una nueva investigación de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, confirma de nuevo estas estimaciones.
Según nuevos datos, publicados en la revista Science Advances, los niveles de salinidad de las aguas del océano son cada vez más bajos y esto es una llamada de atención de que el colapso no está lejos.
Si la predicción se cumpliera, los efectos sobre el clima serían notables, con temperaturas más bajas en el noroeste de Europa, la interrupción de los monzones tropicales y un mayor calentamiento del hemisferio sur.
El AMOC, acrónimo circulación de vuelco meridional del Atlántico en inglés, transfiere agua salada cálida hacia el norte: esta agua, durante el viaje, se enfría y se vuelve más densa, luego se hunde a mayores profundidades y es transportada nuevamente hacia el sur, pero comenzó a disminuir desde mediados del siglo pasado: con las cantidades cada vez mayores de agua dulce que desembocan en el mar debido al derretimiento de los glaciares y al aumento de las precipitaciones, la concentración de sal disminuye, haciendo que el agua sea menos densa y debilitando así todo el mecanismo.
Ahora, gracias a nuevos modelos matemáticos, los investigadores dirigidos por René van Westen han encontrado una manera de comprender cuándo estará cerca el 'punto crítico' de la Corriente del Atlántico Sur: la señal vendrá dada por la desaceleración del descenso de la salinidad en el borde más meridional del Atlántico.
"Una vez alcanzado ese umbral, es probable que el punto de inflexión se produzca en un plazo de entre 10 y 40 años", afirman los autores del estudio.
El impacto de un colapso de la AMOC sería profundo y de amplio alcance. En Europa, las temperaturas podrían descender entre 5 y 10 grados Celsius en menos de un siglo, un cambio climático abrupto y severo en comparación con el calentamiento global promedio de aproximadamente 0,2 grados Celsius por década.
Más allá de las temperaturas, se esperan cambios significativos en los patrones de precipitación a nivel mundial, lo que podría, por ejemplo, alterar las estaciones húmedas y secas en la Amazonia, con impactos ecológicos de gran envergadura. Este estudio subraya la urgencia de abordar el cambio climático para evitar el debilitamiento adicional de la AMOC.
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