El pequeño Daniele pasará la Navidad en su casa de la provincia de Brescia, después de haber ganado la batalla contra una rara cardiopatía congénita.
Operado por primera vez cuando tenía nueve días, tras dos operaciones muy delicadas y después de pasar más de un mes en el hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo, el bebé regresó a casa con su padre Simone y su madre Domenica.
"El mayor miedo ya ha quedado atrás. El mejor regalo de Navidad es haber regresado a casa con nuestro hijo - afirma la madre del niño, de treinta años -. Pasaremos las vacaciones en familia, con nuestro primogénito Filippo, de 18 meses y con los abuelos".
Daniele padecía una rara malformación cardíaca: la transposición de los grandes vasos con el tabique intacto. La aorta y la arteria pulmonar de su pequeño corazón estaban invertidas.
En el segundo trimestre de gestación, la madre Domenica fue remitida por los ginecólogos de Brescia al hospital de Bérgamo, donde el embarazo fue seguido por el personal de Medicina Materno Fetal, del que es responsable Luisa Patané, en colaboración con el equipo de cardiólogos pediátricos dirigidos por Francesca Raimondi.
En el último período del embarazo - como explican en el Hospital Papa Juan XXIII - la situación se complicó. En el pequeño corazón del feto, el agujero oval permeable, un agujero que conecta las dos aurículas del corazón y permite que la sangre se mezcle adecuadamente, se estrechaba cada vez más. Una condición incompatible con la vida fuera del útero, que requería una intervención inmediata.
Por este motivo, pocos minutos después del nacimiento, que se produjo mediante cesárea de urgencia en el hospital de Bérgamo a mediados de noviembre, el equipo de cardiólogos pediátricos ya alertados y presentes en la sala de partos sometieron a Daniele a una operación que le salvó la vida. Con un pequeño stent se abrió en la sala de hemodinamia la pared que divide la aurícula derecha de su corazoncito de la izquierda.
Esto permitió mantener en circulación sangre oxigenada durante algunos días, para poder llegar en las mejores condiciones a la cirugía prevista para corregir el pequeño defecto cardíaco de Daniele.
La cirugía se realizó el 20 de noviembre. El niño tenía solo una arteria coronaria en lugar de dos, una anomalía diagnosticada ya durante la vida fetal. Una complicación más que aumentó el riesgo de la operación realizada por los cirujanos cardíacos pediátricos Francesco Seddio y Federico Brunelli.
La aorta y la arteria pulmonar fueron reposicionadas en el ventrículo correcto para conducir el flujo sanguíneo hacia los vasos correctos, permitiendo así la oxigenación de los órganos vitales de Daniele.
Luego, el niño fue hospitalizado hasta su alta, que se produjo cerca de las vacaciones de Navidad, en el departamento de Patología Neonatal que dirige Giovanna Mangili, un centro que trata a unos 600 niños cada año. Una vez superadas todas las dificultades, Daniele puede celebrar la Navidad en casa, con mamá y papá.
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