Según un comunicado de la provincia de Río Negro, los restos óseos del ejemplar fueron encontrados a orillas del embalse de Ezequiel Ramos Mexía.
Los azdárquidos son considerados los reptiles voladores más grandes en la historia de la Tierra.
La
parte más significativa del descubrimiento consiste en una
vértebra del cuello encontrada dentro de la formación rocosa
Candeleros, que según los investigadores puede datarse de hace
100 millones de años atrás. Por lo tanto, hace que el espécimen
sea considerado como el reptil volador más antiguo que se
descubrió en Sudamérica.
La particularidad que tiene el descubrimiento, algo que los
especialistas consideran inédito, es que, a diferencia de otros
ejemplares de esta especie, la nueva vértebra representa un
animal con una envergadura similar a la de un cóndor.
En el pasado fueron descubiertos otros restos de dinosaurios
pertenecientes a la familia de los azdárquidos, como el
Aerotitan sudamericanus, también del Río Negro, pero mucho más
reciente (70 millones de años), y el Thanatosdrakon amaru (85
millones de años), de la provincia de Mendoza, que es uno de los
azdárquidos más completos con una envergadura de casi nueve
metros.
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