Según uno de los coordinadores de la investigación, Julio Cezar Rubin de Rubin, junto al esqueleto, hallado a dos metros de profundidad, había carbón junto a otros objetos, como una decena de calaveras.
Si se prueba la edad del fósil, los restos humanos podrían convertirse en los más antiguos jamás encontrados en el centro-oeste de Brasil.
Sin embargo, el principal objetivo de la excavación está representado por la cantidad y calidad de la información que el esqueleto pueda traer a la comunidad académica.
Entre los datos, según Rubin, está cómo vivía la gente en el momento en que se data el fósil, así como la alimentación, la causa de la muerte del individuo e incluso los problemas climáticos de la región.
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