(ANSA) ROMA - Por Benedetta Bianco - Los cyborgs de las películas de ciencia ficción aún no se han hecho realidad, pero un nuevo paso en esa dirección llega con la primera mano biónica completamente integrada al cuerpo de un hombre.
Una compleja operación quirúrgica ha permitido, de hecho, incorporar sensores y colocar la prótesis robótica implantada a nivel muscular, esquelético y nervioso a la vez.
Esto permitió al paciente, que tiene una amputación por encima del codo, un control sin precedentes sobre cada dedo de la mano artificial.
El resultado, publicado en la revista Science Translational Medicine, se debe a la investigación coordinada por el Centro Sueco de Investigación sobre Biónica y Dolor en Gotemburgo, en la que Italia colaboró con el Instituto Ortopédico Rizzoli de Bolonia y la Scuola Superiore Sant' Anne de Pisa.
“En el campo de las prótesis robóticas, las expectativas son muy altas, pero los avances de los últimos años son realmente excepcionales”, dice Enzo Mastinu, investigador del Sant'Anna BioRobotics Institute, que participó en el estudio liderado por Max Ortiz Catalan de la CBPR.
“El resultado obtenido confirma el gran potencial de este tipo de prótesis -dice Mastinu- que en este caso también vio el uso de técnicas quirúrgicas muy avanzadas”.
Las prótesis son la forma más común de reemplazar una extremidad perdida, pero a menudo son difíciles de controlar y ofrecen un movimiento muy limitado.
La fuente preferida para el control de las manos biónicas son los músculos residuales presentes en el muñón: los pacientes, de hecho, pueden contraer estos músculos voluntariamente y, de esta forma, controlar la prótesis.
Sin embargo, la situación se vuelve más complicada en el caso de amputaciones a niveles más altos, por ejemplo por encima del codo, porque en ese caso no quedan muchos músculos utilizables.
Para sortear estos obstáculos, los investigadores reconfiguraron la extremidad humana para que la prótesis pudiera integrarse tanto eléctrica como mecánicamente.
De hecho, los autores del estudio diseccionaron los nervios periféricos que quedaban en la extremidad, redistribuyéndolos en nuevos músculos. "Se tomó tejido muscular de las extremidades inferiores, creando así nuevos sitios de músculos artificiales en el brazo", explica Mastinu.
“Estos sitios han cobrado nueva vida al hacer la conexión con los nervios: de esta manera - continúa el investigador de la Escuela Sant'Anna - hemos obtenido nuevas señales de control para las prótesis que transportan mucha más información, traducida en movimiento por algoritmos basado en Inteligencia Artificial".
Además, la mano biónica se ha unido al hueso residual mediante un implante de titanio, lo que permite una conexión más cómoda y eficaz. "Es la misma técnica de anclaje que se utiliza para los implantes dentales y permite una conexión tanto a nivel mecánico como eléctrico", comenta Enzo Mastinu.
“Lamentablemente en Italia todavía se usa poco, mientras que en muchos otros países se está convirtiendo en el estándar”, agrega.
La nueva mano robótica también requirió mucho aprendizaje, tanto para el hombre que la recibió como para los investigadores: "La curva de aprendizaje del paciente fue realmente formidable - concluye el investigador italiano - después de poco tiempo incluso pudo participar en el Cybathlon", las Olimpiadas de cyborgs
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