(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO - El Papa Francisco expresó hoy su "profunda amargura" por la muerte de los voluntarios de una ONG humanitaria en un ataque israelí en Gaza y volvió a pedir un cese del fuego en la Franja y que los rehenes sean liberados.
"Vuelvo a renovar mi firme petición de un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza. Expreso mi profundo pesar por los voluntarios asesinados mientras participaban en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza. Rezo por ellos y sus familias", dijo Francisco el final de la audiencia general de hoy.
"Renuevo el llamamiento para que se permita a la exhausta y sufrida población civil acceder a la ayuda humanitaria y que los rehenes sean liberados inmediatamente", agregó.
El Papa pidió también evitar "cualquier intento irresponsable de ampliar el conflicto en la región. Trabajemos para garantizar que esta y otras guerras que siguen trayendo muerte y sufrimiento a muchas partes del mundo puedan terminar lo antes posible".
"Oremos y trabajemos incansablemente para que las armas sean silenciadas y la paz vuelva a reinar", enfatizó.
Después de la audiencia, Francisco mostró un rosario y el Evangelio de un joven soldado ucraniano muerto en la guerra. "No olvidemos a la Ucrania atormentada, tantas muertes", subrayó.
"Tengo en mis manos un rosario y un libro del Nuevo Testamento dejado por un soldado que murió en la guerra. Este joven se llamaba Oleksandr y tenía 23 años. Oleksandr leyó el Nuevo Testamento y en Salmos había subrayado el 129 ('Desde lo profundo a ti clamo, oh Señor. Señor, escucha mi voz'), dijo el Papa.
"Y este joven de 23 años murió en Adviivka durante la guerra - prosiguió el Pontífice - y dejó una vida por delante. Y este es su rosario, su Nuevo Testamento que leyó y rezó", añadió.
"Quisiera hacer callar a todos en este momento, pensando en este joven y en muchos otros como él que murieron en esta locura de la guerra. La guerra siempre destruye. Pensemos en ellos y oremos", pidió.
Francisco invitó a los presentes a "no dudar nunca del amor de Dios, sino que confiemos con coherencia y confianza nuestra vida y el mundo al Señor, pidiéndole en particular una paz justa para las naciones atormentadas por la guerra".
"Sin justicia no hay paz. De hecho, si no se respeta la justicia se generan conflictos. Sin justicia se establece la ley de la prevaricación del fuerte sobre el débil y esto no está bien". Así lo afirmó el Papa en la audiencia general, en la que dedicó la catequesis a la justicia.
"La justicia es un antídoto contra la corrupción y otras conductas nocivas como la calumnia, el falso testimonio, el fraude, la usura, que corroen la fraternidad y la amistad social. Por ello es fundamental educar en el sentido de la justicia y promover la cultura de la legalidad", destacó Francisco.
"El hombre justo evita conductas nocivas como la calumnia, el falso testimonio, el fraude, la usura, la burla, la deshonestidad. Cumple su palabra, devuelve lo que ha pedido prestado, reconoce el salario correcto a los trabajadores", agregó.
"Un hombre que no paga a los trabajadores un salario justo no es un hombre justo, es injusto", concluyó el Papa.
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