Así dijo a ANSA el hermano Alessandro de Franciscis, Gran Hospitalario de la Soberana Orden de Malta, que entró esta mañana en la ciudad de Gaza junto con el cardenal Pierbattista Pizzaballa, más de siete meses después del inicio de la guerra.
La misión tuvo como objetivo visitar la parroquia de la Sagrada Familia y entregar ayuda humanitaria. El párroco, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, también regresó junto con Pizzaballa y ahora retomará su misión pastoral en Gaza.
La visita se organizó tras la firma de un memorando de entendimiento por el que se establece la misión conjunta y que será implementado por el Patriarcado Latino de Jerusalén, la Soberana Orden de Malta, su agencia de ayuda internacional Malteser International y otros socios.
"Esperamos inaugurar en las próximas 4 a 7 semanas un primer centro de ayuda humanitaria básica, alimentos y agua potable, para ayudar a las familias más necesitadas, y luego la parte médica", dijo el hermano Alessandro de Franciscis.
"Fuimos recibidos de manera conmovedora, lo abrazaron nuevamente como un padre que regresa a la familia. Fue una gran celebración entre la comunidad. Conocí a decenas de personas muy cariñosas", dijo de Franciscis.
"El padre Pizzaballa celebró la Eucaristía y después entregamos las primeras ayudas materiales a la población de la ciudad de Gaza", continuó.
"Estamos muy impresionados por el nivel de destrucción de todos los edificios residenciales y civiles en esa zona. Es una situación dramática porque todo tendrá que ser reconstruido y también complicado desde el punto de vista médico y sanitario", concluyó.
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