(ANSA) - NUEVA YORK, 06 GEN - Justin Trudeau, un icono de la
izquierda norteamericana de 53 años, cae. Cediendo a la presión
de los críticos y aliados, el primer ministro canadiense anunció
su renuncia como líder del partido liberal, que conduce desde
2013 y, como primer ministro, cuando se elija un nuevo líder.
Un movimiento que marca el fin de una época y deja al país
en caos justo cuando el 1 de enero de 2025 recogió de Italia el
mandato de la presidencia de turno del G7 y por tradición la
estabilidad política de quien está a la cabeza de los grandes
del mundo es crucial.
La dimisión de Trudeau, que probablemente pone fin a su
carrera política, llega en el contexto de una crisis de su
gobierno minoritario, con la salida del partido Ndp que lo
apoyaba externamente y la dimisión de la viceprimera ministra y
ministra de finanzas Chrystia Freeland, en desacuerdo sobre la
respuesta a la amenaza de aranceles de Donald Trump.
El presidente electo de Estados Unidos dio el golpe de
gracia a Trudeau, con la promesa de firmar ya en el primer día
en el cargo, el 20 de enero, una orden ejecutiva que impone un
arancel del 25% sobre todos los productos procedentes de Canadá
que llegan a territorio estadounidense.
Además, el magnate se burló repetidamente de él en las redes
sociales, llamándolo "gobernador" y aludiendo a la posibilidad
de que su país se convierta en el estado número 51 de Estados
Unidos.
Una propuesta que repitió hoy en las redes tras conocerse el
anuncio. "Estados Unidos ya no puede soportar el enorme déficit
comercial y las subvenciones que Canadá necesita para mantenerse
a flote. Trudeau lo sabía y renunció".
"Si tengo que luchar batallas internas en el partido, no
puedo ser la mejor opción para las próximas elecciones", explicó
el tres veces primer ministro, cada vez más impopular en su país
después de su primera elección en 2015.
Las elecciones deben celebrarse a más tardar el 20 de
octubre, pero podrían adelantarse. Trudeau anunció que los
trabajos del Parlamento canadiense se suspenden hasta el 24 de
marzo, precisamente para evitar la votación general mientras los
liberales eligen un nuevo líder.
"Soy un luchador. Cada hueso de mi cuerpo me ha dicho que
pelee porque me importan mucho los canadienses. Me preocupo
mucho por este país y siempre estaré motivado por lo que sea en
su mejor interés", dijo al hablar desde fuera de su residencia
oficial en Rideau Cottage.
Y contó que el domingo habló con sus tres hijos sobre la
cuestión y les comunicó su decisión.
Entre los favoritos para sucederlo hay dos mujeres: la
actual ministra de Asuntos Exteriores, Melanie July, y la ex
viceprimera ministra y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland.
El gobierno de Trudeau se vio sacudido por la sorpresiva
renuncia de Freeland, pocas horas antes de que presentara su
plan anual de actualización fiscal. En su durísima carta de
despedida criticó los "trucos políticos" de Trudeau y sus
palabras ciertamente contribuyeron a acelerar su salida.
El ex banquero central Mark Carney también se encuentra
entre los candidatos: el propio Trudeau admitió que había
intentado durante mucho tiempo reclutarlo para su equipo, más
recientemente como ministro de Finanzas.
Todo esto mientras el partido está en caída libre según las
encuestas, a unos 20 puntos de la oposición conservadora,
liderada por Pierre Poilievre. (ANSA).