(ANSA) - OTTAWA, 06 GEN - Justin Trudeau, el ex chico de oro
de la política canadiense, cumplió 53 años el pasado 25 de
diciembre. Durante los últimos 10 años, ha sido primer ministro
de su país, pero se ha visto obligado a dimitir debido a una
crisis política irreparable que, en los últimos meses, erosionó
su liderazgo.
Es muy probable que su carrera política haya llegado a su
fin. Sin embargo, su impacto será difícil de igualar, ya que
logró representar plenamente el rostro de un país "diferente"
como es Canadá.
En este sentido, logró encarnar verdaderamente el legado de
su padre, Pierre Trudeau, el ex primer ministro canadiense que
dio forma y carácter a ese vasto y diverso territorio con su
enfoque modernizador que, entre los años 70 y principios de los
80, puso definitivamente a Canadá "en el mapa".
Pocos habrían apostado por él cuando Justin, de joven, pasó
por los típicos años de rebeldía. Pero siempre estuvo inmerso en
la política: cuando era niño, durante una visita de su padre a
Estados Unidos, el entonces presidente Richard Nixon predijo que
sería "el futuro primer ministro de Canadá".
A los cinco años conoció por primera vez a la reina Isabel
II (formalmente jefa de Estado de Canadá). Cuando la volvió a
ver en Malta 40 años después, ella comentó: "Gracias por hacerme
sentir tan vieja".
La figura de su padre ha sido sin duda imponente, pero
también una poderosa inspiración, aunque a cierta distancia:
Justin vivió con su madre Margaret después de la separación de
sus padres en 1977.
En política, tradujo la cultura modernizadora de Pierre
Trudeau, considerado el "padre del multiculturalismo
canadiense", en un impulso liberal que le permitió ganar el
apoyo de los canadienses y captar la atención internacional.
Abrazó el feminismo, acogió a los refugiados y restauró las
relaciones con los pueblos indígenas. Estas fueron las líneas
directrices con las que lideró al Partido Liberal desde 2013,
logrando una victoria electoral espectacular en 2015 que lo
llevó a ser primer ministro. También aseguró las dos elecciones
posteriores.
Durante sus años al frente del gobierno de Ottawa, Trudeau
logró avances significativos en la lucha contra la pobreza,
obtuvo un acuerdo comercial ventajoso con Estados Unidos y
México en 2016, y consiguió mantener a la mayoría de la opinión
pública de su lado, incluso durante la pandemia.
Pero la popularidad comenzó a erosionarse cuando salieron a
la luz sus vacaciones en lugares exóticos (como un viaje a las
Bahamas en 2016 a una isla perteneciente al Aga Khan) y, sobre
todo, aquellas imágenes en las que aparecía con el rostro
pintado de negro durante sus primeros años como maestro.
Aunque se disculpó profusamente, estas imágenes comenzaron a
socavar sus credenciales liberales, que se vieron aún más
comprometidas cuando en 2022 invocó poderes de emergencia para
reprimir las protestas de los camioneros.
Además, su divorcio de Sophie, su esposa durante 18 años y
madre de sus tres hijos, dañó aún más su imagen "perfecta".
Sin embargo, fueron las consecuencias económicas de la
pandemia, el fuerte aumento de la inmigración y el elevado costo
de vida, lo que finalmente puso en jaque su liderazgo, hasta
llevarlo a dar el inevitable paso atrás. (ANSA).