(ANSA) - WASHINGTON 6 ENE - Ninguno de los dos líderes ni sus
entornos se pronunciaron al respecto, pero los medios y los
analistas coinciden en que el tema de discusión de la reunión de
la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con el presidente
electo de Estados Unidos, Donald Trump, en el cara a cara
sorpresa muy reservado en Mar-a-Lago fue de los aranceles
comerciales a la OTAN, desde Ucrania hasta Medio Oriente, así
como por supuesto el caso de la periodista Cecilia Sala,
detenida en Irán.
Una densa conversación entre expedientes geopolíticos y
relaciones bilaterales entre los dos aliados cercanos.
No hubo rastro del magnate que mutará en funcionario Elon
Musk, mediador de la reunión y as en la manga de Meloni, en
Mar-a-Lago, pero sus proyectos de inversión en Italia siguen
rondando y, de hecho, tomando forma.
De hecho, la noticia relanzada por Bloomberg es una
información de última hora según la cual las conversaciones
entre Trump y Meloni han dado un impulso decisivo al proyecto
para Italia de SpaceX, la empresa estadounidense de fabricación
aeroespacial y de servicios de transporte espacial fundada en
2002 por Musk.
Una operación valorada en 1.500 millones de euros. El
proyecto prevé un sistema cifrado de alto nivel para redes
telefónicas gubernamentales y servicios de Internet,
comunicaciones militares y servicios satelitales de emergencia
en Italia. Por supuesto, aún falta la aprobación definitiva, lo
que también está plagado de dudas y desacuerdos - informa
Bloomberg - por parte de algunos funcionarios de la
administración italiana preocupados por el impacto en los
operadores de telecomunicaciones locales.
Sin embargo, a favor está la importante autorización de los
servicios de inteligencia de Roma y del ministerio de Defensa
italiano.
Todo esto, obviamente, no eclipsa el peso de las otras
cuestiones abordadas: desde la amenaza de una nueva guerra
comercial, incluso con Europa, hasta la reducción del apoyo
estadounidense a algunos países de la OTAN que no pagan su parte
justa. Hasta Ucrania y la guerra contra Rusia. Los nuevos
aranceles -esta es la preocupación con la que la premier Meloni
partió hacia Florida- podría perjudicar al Made in Italy, que
vive de las exportaciones y que podría sufrir un revés con
consecuencias peligrosas para la todavía débil recuperación de
la economía.
Italia también se encuentra entre los pocos países de la
OTAN que aún no han alcanzado el 2% del PIB para gasto militar,
incluso si se ha comprometido a hacerlo y puede presumir de la
mayor contribución de personal en misiones de mantenimiento de
la paz a nivel internacional. Pero Trump, según algunos rumores
recientes en la prensa, tiene intención de pedir un aumento de
hasta el 5%.
En cuanto a Ucrania, sin embargo, quiere un acuerdo de
paz, pero las condiciones no están claras. Y en cualquier caso,
los costos astronómicos de la reconstrucción y el posible
mantenimiento de la seguridad en la frontera con Rusia recaerían
todos sobre los europeos. Meloni ya puede contar con una fuerte
apertura crediticia por parte de Trump, que ha elogiado
repetidamente su fuerte liderazgo que podría llevarla a
desempeñar el papel de interlocutor clave del magnate en Europa,
mediador de las tensiones entre las dos orillas del Atlántico,
"diplomático "puente" entre Estados Unidos y la Unión Europea.
En el pasado, Italia ha considerado alternativas a la
opción de un acuerdo de seguridad con SpaceX por valor de 1.500
millones, pero también la hipótesis de crear su propia
constelación de satélites. Sin embargo, según los expertos,
ambas soluciones habrían costado más de 10 mil millones de
euros. (ANSA).