Por Manuela Tulli
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 05 GEN - El sonido conmovedor
del shofar ha enmarcado la apertura de la quinta y última puerta
santa, la de San Pablo fuera de los muros. Más de tres mil
personas asistieron al rito presidido por el cardenal James
Michael Harvey, arcipreste de la misma basílica. Como ya se
había anunciado, el Papa Francisco no estaba presente, habiendo
elegido abrir las puertas santas solo en San Pedro, el 24 de
diciembre, y en Rebibbia, el 26.
También para San Juan de Letrán y Santa María la Mayor había
dejado espacio a sus delegados.
Por otra parte, el calendario de eventos para el papa
Francisco ya está muy lleno.
Mañana doble cita para Jorge Bergoglio: misa de la Epifanía
y ángelus. Luego, en la semana siguiente, las audiencias en el
Palacio apostólico, entre las que se incluyen los esperados
saludos al cuerpo diplomático, evento en el que el Pontífice
dibuja la geopolítica de la diplomacia vaticana. Habrá una
reunión con el presidente estadounidense saliente, Joe Biden, el
10 de enero.
Según el calendario oficial del sitio web del Jubileo, el 11
de enero debería haber la primera "duplicación" de la audiencia
general, además de la del miércoles. Una agenda muy exigente
pero, según sus colaboradores, sostenible.
Es lo que también considera el cardenal Blase Cupich ,
arzobispo de Chicago: "Vi al Papa Francisco abrir la puerta
santa de San Pedro sentado en su silla de ruedas, pero eso no me
preocupó porque dos días después, el 26 de diciembre, lo vi de
pie, con su bastón, abriendo la puerta santa en la cárcel de
Rebibbia. Es decir, lo hemos visto así durante mucho tiempo y no
veo motivo de preocupación en vista de este intenso 2025.
El papa Francisco está bien físicamente, mentalmente es más
que lúcido y muy fuerte espiritualmente. Me anima ver esa
vitalidad en una persona de 88 años", comentó el cardenal
estadounidense en una entrevista al periódico argentino La
Nación.
Esta mañana, por lo tanto, la apertura de la última puerta
santa, el símbolo del año santo. Abrirla significa entrar "en el
tiempo de la misericordia y del perdón", para que a cada persona
"se abra el camino de la esperanza que no decepciona".
"Ahora necesitamos esperanza. En este período post-pandemia
-afirmó en la homilía el arcipreste de la basílica de San Pablo,
el cardenal Harvey- lamentablemente herido por tragedias,
guerras y crisis de diversa naturaleza, la esperanza, aunque
indudablemente vinculada al futuro, se experimenta también en el
presente".
Mientras tanto, las colas en la puerta santa de San Pedro
continuaban. (ANSA).