Por Claudio Salvalaggio
(ANSA) - WASHINGTON, 05 GEN - Ninguno de los dos líderes o
sus comitivas hablaron de ello, pero medios y analistas están de
acuerdo en el terreno de discusión del encuentro de la primera
ministra italiana, Giorgia Meloni, con Donald Trump, en el muy
reservado cara a cara sorpresivo en Mar-a-Lago: de los impuestos
a la OTAN, de Ucrania a Medio Oriente, además del caso de la
periodista Cecilia Sala.
Un intenso diálogo entre los temas geopolíticos y las
relaciones bilaterales entre los dos aliados más cercanos.
El único que evocó una agenda fue el viceprimer ministro,
Matteo Salvini, con su aplauso sobre la red social X al viaje
relámpago a Palm Beach "para hablar de paz, cooperación
industrial y comercial, seguridad y la liberación de Cecilia
Sala".
De Elon Musk, mediador de la reunión y as en la manga de
Meloni, no se vio rastros en Mar-a-Lago, pero sus proyectos de
inversión en Italia siguen rondando, desde Starlink a la
Inteligencia Artificial (IA) y el espacio.
Entre los temas más candentes está la amenaza de una nueva
guerra comercial, también contra Europa, así como la reducción
del apoyo estadounidense a algunos países de la OTAN que no
pagan lo que les corresponde y a Ucrania en la guerra contra
Rusia.
Los nuevos aranceles perjudicarían al Made in Italy, que
vive de las exportaciones y que podría sufrir un revés con
consecuencias para la todavía débil recuperación de la economía
italiana.
Italia también se encuentra entre los pocos países de la
OTAN que aún no alcanzaron el 2% del PIB para gasto militar,
incluso si se comprometió a hacerlo y puede presumir de la mayor
contribución de personal en misiones de mantenimiento de la paz
a nivel internacional.
Pero Trump, según algunos rumores recientes en la prensa,
tiene intención de pedir un aumento de hasta el 5%.
En cuanto a Ucrania, sin embargo, quiere un acuerdo de paz,
pero las condiciones no están claras. Y en cualquier caso, los
costos astronómicos de la reconstrucción y el posible
mantenimiento de la seguridad en la frontera con Rusia recaerían
todos sobre los europeos.
Meloni ya puede contar con una fuerte apertura crediticia
por parte de Trump, quien ha elogiado repetidamente su fuerte
liderazgo y declarado su intención de trabajar con ella.
"Realmente tomó por asalto a Europa y a todos los demás", la
halagó.
La primera ministra puede, por lo tanto, aspirar a
convertirse en el interlocutor clave del magnate en Europa, la
mediadora de las tensiones entre las dos orillas del Atlántico,
un "puente diplomático" entre Estados Unidos y la UE.
Como la reconocen los medios internacionales autorizados,
también por la estabilidad de su gobierno en el contexto de la
crisis franco-alemana. Pero tendrá que entrar en una
cristalería, teniendo cuidado de no parecer demasiado aplastada
por el magnate ante los ojos de otros líderes europeos y
decidida a salvaguardar sólo los intereses nacionales.
La primera ministra aún no ha expresado sus reservas sobre
asistir a la ceremonia de toma de posesión de Trump después de
la invitación que recibió en París, con el riesgo de romper los
protocolos diplomáticos y encontrarse en compañía solo de (el
primer ministro húngaro, Viktor) Orban o (el presidente
argentino, Javier) Milei. Pero la visita relámpago con la que
rindió homenaje al mandatario electo le permite ahora un mayor
margen de maniobra. Incluso a costa de dejarle el escenario a
Matteo Salvini. (ANSA).