(ANSA) - ROMA 4 ENE - En Roma hay un verdadero culto popular
para celebrar la Befana (el 6 de enero, como en Latinoamérica se
celebra a los Reyes Magos), cuyo corazón es la maravillosa Plaza
Navona, una obra maestra barroca construida en el perímetro del
antiguo Estadio de Domiciano, adornada por un complejo de tres
fuentes.
Y son numerosas las tradiciones destinadas a celebrar el
final del período festivo y el regreso a la vida cotidiana en
toda Europa, con varios rituales "especiales" seleccionados por
Babbel que se concentran precisamente el 6 de enero, Día de la
Epifanía que cristianamente celebra la llegada de los Reyes
Magos ante el Niño Jesús nacido en Belén.
La Plaza Navona es un lugar emblemático para celebrar la
Epifanía en Italia, una festividad que conmemora la presentación
de Jesucristo al mundo, allí se instala un mercado con puestos
de juguetes, dulces y golosinas bajo un ambiente festivo.
La plaza se llena de luces y gente disfrazada y se
instala un carrusel infantil para entretener a los más pequeños,
además de shows para ellos. Es típica la aparición de la Befana
-que no es una bruja, sino una anciana buena en escoba- para
repartir pequeños regalos a los niños.
Además de Roma, otras ciudades tienen sus particularidades a
la hora de la celebración.
- Nollaig na mBan, Irlanda: en el pasado, las mujeres
irlandesas, después de los largos preparativos de la temporada
navideña, se daban un descanso de las tareas domésticas el 6 de
enero, día conocido como "Nollaig na mBan" (traducible como "la
Navidad de las mujeres") o "Little Christmas" ("Pequeña
Navidad").
En esta ocasión, se reunían con sus amigas para un almuerzo
o un té. Aunque hoy en día esta conmemoración es solo simbólica,
algunas continúan celebrándola como una especie de fiesta
totalmente femenina.
-Tjugondag Knut, Suecia: si en Italia es común el proverbio
"la Epifanía se lleva todas las fiestas", en Suecia la magia de
la Navidad dura unos días más.
El 13 de enero, 20 días después de Navidad, se celebra el
"Tjugondag Knut" ("El día de San Knut"), que marca oficialmente
el final del período festivo. Durante este día se realiza el
"Julgransplundring" ("Saqueo del árbol de Navidad") o el
"Julgransskakning" ("Sacudiendo el árbol de Navidad").
Además de quitar todas las decoraciones navideñas, se
baila y se canta alrededor del árbol, y luego se degustan todos
los elementos comestibles con los que se había decorado, como
palitos de azúcar, chocolates y dulces.
- Galette des Rois, Francia: el 6 de enero se la conoce como
"La Fete des Rois" (Fiesta de los Reyes) y conmemora la llegada
de los Reyes Magos a Belén. En esta ocasión se suele comer la
Galette des Rois, un pastel típico que varía ligeramente entre
el norte del pueblo, donde es un hojaldre relleno de crema
frangipane, y el sur, donde toma la forma de un brioche en forma
de corona.
En ambas versiones se esconde una haba dentro del postre y
quien la encuentra se convierte en el rey o la reina del día. La
costumbre de un pastel con una pequeña sorpresa en su interior
une varios países: desde el "Roscón de Reyes" (rosquilla de los
Reyes) en España y América Latina hasta el "Dreik”nigskuchen"
(pastel de los tres reyes) en forma de flor en Suiza -ambos para
el 6 de enero- al griego "vasilopita" ("pastel de San Basilio"),
que en cambio se come el primero de enero en conmemoración del
santo.
- Los Reyes y la hierba para los camellos, Puerto Rico: para
celebrar los Reyes Magos ("Los Reyes"), los niños de la isla de
Puerto Rico recogen hierba en los días previos al 6 de enero y
la guardan en una caja debajo de la cama junto con su carta de
deseos.
Los Reyes Magos solo visitan a los niños que se han
portado bien durante el año y que duermen profundamente a su
llegada; silenciosamente dejan sus regalos, mientras sus
camellos disfrutan del bocadillo de hierba preparado para ellos.
- Sternsinger, Alemania: una singular y antigua tradición
alemana, particularmente extendida en las zonas católicas del
país, presenta a los "Sternsinger" ("cantantes de la estrella"),
es decir, niños que, vestidos de Reyes Magos y con un bastón
decorado con una estrella dorada, se mueven de casa en casa
cantando y recogiendo dulces o pequeñas sumas de dinero.
Con el tiempo, esta costumbre se ha convertido cada vez
más en una actividad benéfica, ya que los ingresos recaudados
por los cantantes se donan a los niños más necesitados del
mundo. (ANSA).