(ANSA) - ROMA, 04 GEN - "No considero a los cristianos sirios
una minoría, sino una parte integral e importante de la historia
del pueblo sirio". Estas son las palabras tranquilizadoras que
el nuevo líder de Siria, Ahmed al-Sharaa, nombre de guerra Abu
Mohamed Jolani, comunicó al padre Ibrahim Faltas, vicario de la
Custodia de Tierra Santa.
Así se publicaen un informe del Osservatore Romano sobre
ese viaje del franciscano, que partió de Jordania, a través del
Líbano, para llegar a Damasco.
El padre Faltas se reunió con Jolani, en el poder en Siria
desde hace menos de un mes después del derrocamiento de Bashar
al Assad, junto con los líderes de otras confesiones cristianas
en el palacio presidencial el 31 de diciembre, y lo encontró
"disponible para un diálogo abierto y directo".
"Viví durante mucho tiempo en la gobernación de Idlib,
donde conocí el compromiso de dos de sus hermanos, el padre
Hanna y el padre Loai, en favor de la población de esa zona", le
dijo el ex jefe de los rebeldes del HTS. "Ayudaron y apoyaron a
todos los que acudieron a ellos sin distinción alguna", dijo
Jolani, quien también aprovechó la oportunidad para expresar,
"ante todo, una gran admiración, estima y respeto por el Papa
Francisco".
"Es un verdadero hombre de paz, aprecié sus llamamientos y
sus acciones en favor de la paz y de las personas en
dificultad", subrayó Jolani, contó Faltas.
Respondiendo a las preocupaciones del padre Faltas sobre
la suerte de los cristianos en el país o que han huido de la
guerra, Jolani aseguró: "Estamos trabajando para traer de vuelta
a su patria a aquellos que tuvieron que abandonar Siria. Es
nuestra intención traer a los expatriados sirios de vuelta a
sus hogares y los cristianos sirios volverán a vivir y profesar
su fe en Siria".
De manera más general, el vicario preguntó a Jolani cuál
era la situación a su llegada a Damasco el 8 de diciembre:
"Durante años - dijo - el pueblo sirio ha tenido que sufrir las
consecuencias de una corrupción generalizada en varios niveles.
Para la mayoría de la gente, no había una visión de desarrollo y
crecimiento para el país. Los disidentes fueron arrestados y, en
los peores casos, eliminados. Visitamos cárceles que no tenían
nada de humano en la historia y una civilización milenaria, ha
sido casi completamente destruida. La división entre los pueblos
ha provocado conflictos y divisiones".
Pero el nuevo líder reiteró su deseo de reconciliar el país
después de 14 años de guerra: "Trabajamos por la unidad y la
paz. Es nuestra firme voluntad. Tomará tiempo - admitió - pero
estoy seguro de que podremos dar estabilidad política y social a
Siria". (ANSA).