(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 04 GEN - "Hay que poner fin al
acoso escolar (bullying) porque es una forma de prepararse para
las guerras", afirmó el Papa Francisco en una audiencia con
algunas asociaciones católicas del mundo educativo.
"En la escuela se puede imaginar la paz, es decir, sentar
las bases de un mundo más justo y fraterno, con la contribución
de todas las disciplinas y con la creatividad de los niños y de
los jóvenes", afirmó el Papa, y añadió: "Pero si en la escuela
hacen la guerra entre ustedes, si en la escuela son matones, con
las chicas o los chicos que tienen algún problema, esto es
prepararse para la guerra, no para la paz".
"Por favor, nunca sean un matón, no olviden esto",
enfatizó.
El Papa subrayó que "es necesaria una pedagogía que valore
lo esencial y ponga en el centro la humildad, la generosidad y
la hospitalidad. Una pedagogía alejada y alejada de las personas
no sirve, no ayuda".
El sumo pontífice reiteró que debemos inspirarnos en las
cualidades de Dios: "cercanía, compasión, ternura". "La familia
es el centro", añadió, "por favor hablemos en familia", "es el
diálogo lo que nos hace crecer".
Tras recordar luego el lema del Jubileo: "peregrinos de la
esperanza", Francisco afirmó que "un buen maestro es un hombre o
una mujer de esperanza".
El Papa volvió a centrarse en la cuestión de los niños
explotados. En la audiencia con algunas asociaciones católicas
del mundo de la educación, dijo: "Me duele cuando veo niños sin
educación y que van a trabajar, a menudo explotados, o que van a
buscar comida o cosas para vender donde están los desechos",
comentó el Pontífice.
"Comprender el presente, comprenderlo, comprender el
futuro; en camino, no quietos -los muertos están quietos-, en
camino con la Iglesia", esa fue la exhortación que el Papa
Francisco dirigió en la audiencia a los Misioneros de la
Escuela.
"A veces en mi vida me he encontrado con alguna monja que
tenía cara de vinagre - prosiguió el Papa - y esto no es afable,
esto no es algo que ayude a atraer a la gente. El vinagre es feo
y las monjas con cara de vinagre, no hablemos de eso....".
Luego el Pontífice advirtió a las monjas que no
conversaran con el diablo: "El Señor nos mostró que conversaba
con todos, excepto... Había una persona con la que el Señor
nunca conversaba: el diablo. Y cuando el diablo se le acercó
para preguntarles preguntas, el Señor no dialogó con él, le
respondió con la Palabra de Dios, con la Escritura".
"Por favor, dialoguen con todos, menos con el diablo,
todas esas cosas que son de todos los seres humanos, no solo de
las mujeres, de todos, y ahí va el diablo. Con el diablo no se
dialoga", completó. (ANSA).