Por Benedetta Bianco
(ANSA) - ROMA 4 ENE - Parecen fragmentos muy pequeños de
minerales, del tamaño de aproximadamente un milímetro, pero en
realidad son siete embriones fósiles, que cuentan la vida en la
Tierra hace más de 500 millones de años: encontrados hace varias
décadas en la Formación Kuanchuanpu en China, un yacimiento rico
en fósiles microscópicos, ahora han sido identificados y
analizados gracias al estudio dirigido por la Universidad china
de Chang'an.
Acaba de ser publicado en la revista Palaeogeography,
Palaeoclimatology, Palaeoecology.
Sin embargo, siguen siendo un misterio los animales en los
que se habrían desarrollado estos embriones.
Algunos indicios provienen de otros fósiles de un organismo,
esta vez adulto, que parece tener características similares, con
un cuerpo redondeado dotado de una boca gigante.
Los investigadores dirigidos por Mingjin Liu descubrieron
que los tejidos una vez blandos que constituían los embriones
fueron reemplazados por minerales de fosfato de calcio, que
preservaron la estructura tridimensional de los organismos con
un sorprendente nivel de detalle.
Los embriones, que datan de hace 535 millones de años,
pertenecen a un grupo llamado Ecdysozoa, que incluye insectos,
arañas, crustáceos y gusanos, y de su exoesqueleto, es decir, la
estructura externa más o menos rígida que protege el cuerpo del
animal.
Los autores del estudio especulan que estaban cerca de la
eclosión de los huevos en el momento de su muerte.
Por el momento, no se sabe nada de los organismos adultos en
los que se convertirían estos embriones, pero los investigadores
han notado muchas similitudes con otro animal que vivió hace 540
millones de años llamado Saccorhytus coronarius, también
descubierto en la Formación Kuanchuanpu.
Este pequeño ser, de aproximadamente un milímetro de
diámetro, tenía un cuerpo redondeado sin extremidades pero con
simetría bilateral. Tenía una boca gigante rodeada de
estructuras similares a las espinas, pero sin sistema
respiratorio y circulatorio, ni tampoco ano.
El grupo supone, por lo tanto, que el animal al que
pertenecen los embriones estaba estrechamente relacionado con S.
coronarius, de acuerdo a los estudios recientes. (ANSA).