Por Paolo Cappelleri
(ANSA) - ROMA 3 ENE - El choque entre Italia e Irán es cada
vez más duro. Un tira y afloja de alto voltaje en el que Teherán
vincula directamente la suerte de Cecilia Sala, detenida desde
el 19 de diciembre en la prisión de Evin, con la de Mohammad
Abedini Najafabadi, apresado tres días antes en Malpensa (el
aeropuerto de Milán) a petición de Estados Unidos.
"Roma debe rechazar la política de rehenes de Estados
Unidos y crear las condiciones para la liberación" de Abedini,
pues de lo contrario se corre el riesgo de "dañar" las
relaciones con Teherán, es el mensaje entregado a la embajadora
italiana Paola Amadei, convocada este lunes al ministerio de
Asuntos Exteriores iraní en Teherán.
Una situación intrincada desde todo punto de vista, humano,
judicial y geopolítico. Y en estas horas delicadas, la familia
de la periodista italiana ha pedido "silencio a la prensa",
temiendo que "el gran debate mediático sobre lo que se puede o
se debe hacer corre el riesgo de prolongar el tiempo y hacer más
complicada y lejana la solución".
Desde la prisión de Opera, en Italia, Abedini hizo que su
abogado escribiera en un papel el nombre de Cecilia Sala:
"Rezaré por mí y por ella". El 15 de enero está prevista la
audiencia sobre la solicitud de arresto domiciliario, sobre la
que la Fiscalía de Milán ha emitido un dictamen negativo.
La justicia estadounidense también quiere que el iraní
permanezca en prisión, presionando para que se extradite al
ingeniero mecánico de 38 años, acusado de conspiración y de
apoyo material al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Lo suficiente para comprender la delicadeza de cada movimiento
del gobierno italiano.
Washington "está en contacto con aliados y socios cuyos
ciudadanos están detenidos injustamente por Irán", afirmó un
funcionario del Departamento de Estado estadounidense,
reiterando lo que había dicho en los últimos días, a saber, que
Estados Unidos pide "una vez más la liberación inmediata e
incondicional de todos los prisioneros detenidos arbitrariamente
en Irán sin causa justa".
Interlocuciones entre Roma y Washington, a diferentes
niveles, también tuvieron lugar ayer, el día de la cumbre de
emergencia en el Palazzo Chigi presidida por la primera ministra
Giorgia Meloni, con los ministros responsables del caso, el de
Asuntos Exteriores Antonio Tajani y el de Justicia, Carlo
Nordio, además del subsecretario Alfredo Mantovano y los
Servicios de Inteligencia.
Mantovano mantendrá comunicaciones "en nombre del
Gobierno" en Copasir -el Comité Parlamentario para la Seguridad
de la República, del parlamento italiano- el lunes, respondiendo
a las peticiones de la oposición que, respetando también
planteos de la familia Sala, ha evitado en las últimas horas
hacer declaraciones, como lo ha hecho días antes.
La estrategia del gobierno, más allá de lo que obviamente
está cubierta por la máxima confidencialidad, apunta ante todo a
la liberación inmediata y a la obtención de condiciones dignas
para Sala.
En su última llamada telefónica, la reportera del diario
Foglio y Chora Media, de 29 años, contó a su familia que tenía
dos mantas como cama en una celda iluminada las 24 horas del
día, que le confiscaron las gafas y que no le dieron una máscara
para los ojos para que pudiera dormir en tanta claridad
continua.
La embajadora Amadei habría reiterado a las autoridades
iraníes la petición de garantías sobre las condiciones de
detención y acceso consular en la prisión, para que se entreguen
paquetes de la embajada a Sala y se permitan nuevas reuniones
entre ella y la periodista encarcelada.
Las condiciones de Sala, subrayan fuentes italianas, son
decididamente diferentes a las de Abedini en la la prisión
italiana. "A todos los prisioneros se les garantiza la igualdad
de trato, respetando las leyes italianas y los convenios
internacionales", subrayó el Palacio Chigi en la nota después
de la cumbre de ayer.
Protestar formalmente contra esta detención era el
objetivo de la citación de Amadei, recibida esta mañana por
Majid Nili Ahmedabadi, director para Europa Occidental del
ministerio de Asuntos Exteriores de Teherán. El diplomático
iraní afirmó que el arresto fue "ilegal y acorde con objetivos
políticos hostiles de Estados Unidos". Y advirtió: "Italia no
debe permitir que Estados Unidos debilite nuestras relaciones
bilaterales". (ANSA).