(ANSA) - ROMA 2 ENE - En 1990, precisamente en enero, el
Lamborghini Diablo hizo su debut en la sociedad de los
superdeportivos, convirtiéndose rápidamente en la referencia de
velocidad para todos ellos. De hecho, con sus 325 km/h era el
coche con mayor velocidad máxima entre los del mercado. Además,
un símbolo del Made in Italy.
Con su llegada destronaba, aunque fuera ligeramente,
precisamente en 1 km/h, al Ferrari F40, que tenía otras
características y era la referencia desde 1987. El nombre Diablo
está inspirado en el feroz toro criado por el Duque de Veragua
en el siglo XIX, que el 11 de julio de 1869 en Madrid, se
enfrentó en una batalla épica con el torero José de Lara.
Este mes de 2025, Diablo cumple 35 años y, pasado un
tiempo, se percibe su importancia en la historia de la casa del
toro. Tenía una tarea importante, sustituir al Countach (1974) y
del cual hereda sus principales características físicas, como la
disposición central-trasera de su motor o la apertura de sus
"puertas de tijera". Fue el coche puente entre la propiedad
americana y alemana, con el que nació el Lamborghini Murciélago,
el que abrió el camino al cambio que llevó a la marca a la
actual gama electrificada.
El Diablo logró cifras de ventas positivas, con casi 3.000
unidades matriculadas e, inicialmente, se ofrecía únicamente con
tracción trasera diseñada para trasladar a la carretera los 492
CV que entregaba el V12 atmosférico de 5,7 litros. Respecto al
Countach, disponía de inyección electrónica para sustituir los
carburadores y, en 1993, llegó el Diablo VT, que hacía uso de un
acoplamiento viscoso capaz de transferir el 25% de la potencia
al eje delantero en caso de pérdida de agarre en el eje trasero,
así como suspensión con amortiguadores electrónicos Koni.
También en el mismo año, el Diablo también fue propuesto
en la serie especial SE 30, con motivo del 30 aniversario de la
empresa Sant'Agata Bolognese: tenía una potencia de 525 CV
entregados slo a través del eje trasero, era 125 kg más ligero,
y hubo apenas 150 ejemplares. Con el aumento de potencia también
creció la velocidad máxima, que podía alcanzar los 331 km/h.
Un nuevo Diablo, el SV, llegó en 1995, y podía presumir de
elementos específicos como el paragolpes delantero, las ruedas,
además de un nuevo alerón trasero y frenos más grandes, mientras
que las suspensiones volvían a ser mecánicas, como en el SE 30,
la tracción trasera y entregó 520 HP al suelo.
En 1998, llegaron al SV faros convencionales,
identificados con las siglas en letras grandes en el lateral.
Con el lavado de cara, que supuso el estreno de un nuevo
parachoques delantero, la potencia aumentó hasta los 530 CV. En
lo más alto de prestaciones del Diablo estaba el GT, derivado
del prototipo que corría en la clase GT1 del campeonato FIA GT,
era más ancho y ligero que el SV en más de 100 kg, podía contar
con 575 CV para alcanzar, con el escape de carreras, 340 km/h.
Se produjeron solo 80 ejemplares y es una pieza poco común de
colección.
El canto del cisne del superdeportivo Bull llegó con el VT
6.0 Special Edition, producido entre 2000 y 2001, del que solo
hay 42 unidades. (ANSA).