Por Simona Tagliaventi
(ANSA) - ROMA 2 ENE - Las condiciones en las que está
detenida en Irán la periodista Cecilia Sala "son terribles",
dijo Giuliana Sgrena, periodista y escritora secuestrada en
Irak, en Bagdad, en 2005 por terroristas islamistas a plena luz
del día.
"Nadie debería estar detenido en esas condiciones. Los
derechos humanos deberían estar garantizados en cualquier país",
agregó.
Sgrena era entonces periodista del Manifiesto y su secuestro
duró un mes. Sus captores difundieron un vídeo con la prisionera
y sus exigencias: la retirada del contingente italiano de Irak.
Para pedir su liberación e instar al gobierno italiano a
actuar en este sentido, el 19 de enero tuvo lugar en Roma una
manifestación que reunió a medio millón de personas.
"Estar detenido en un país que no es el tuyo - afirma - es
algo que te desestabiliza porque estás aislado de todo, sólo
puedes imaginar las reacciones que suceden en tu país. Estuve
muchos días a merced de mis emociones, tuve momentos de
desesperación, no tenía ningún tipo de referencia y sobre todo
no creía nada de lo que me decían. Estar un mes sin ningún tipo
de noticias es muy grave".
Sgrena subrayó la importancia de estas horas para la
liberación de Cecilia Sala.
"No hace falta decir que la diplomacia juega un papel
fundamental. Debemos hacer todo lo posible para que esta
periodista sea liberada lo antes posible, o mejor dicho, de
inmediato, encontrando las fórmulas más idóneas para hacer
cumplir esta petición", sostuvo.
Al recordar su mes de cautiverio, Sgrena dijo que le habían
quitado todo, incluso su reloj, "así que ni siquiera tenía la
percepción del paso del tiempo".
"A Cecilia le quitaron las gafas. Todas estas son cosas muy
desestabilizadoras psicológicamente, cuyo objetivo es crear
inseguridad", señaló.
"Como la ausencia de una cama y la luz de neón encendida las
24 horas del día. No recibí ningún tipo de violencia física y
espero que a Cecilia le pase lo mismo, aunque la violencia
psicológica es realmente terrible. De la prisión de Evin salen a
menudo noticias sobre violaciones de derechos humanos,
especialmente contra prisioneros kurdos", dijo.
Por último, hizo una reflexión sobre el periodismo: "Hacer
este trabajo se ha vuelto muy arriesgado, en realidad siempre lo
ha sido, pero ahora lo es más. Piensen en los periodistas que
murieron en Ucrania y Gaza. Si no te pones del lado de un bando
o con el otro te conviertes fácilmente en un objetivo, en una
víctima". (ANSA).